ベット!; bad omen

8.8K 754 363
                                    

   Si alguien en algún momento de mi corta pero dramática existencia me hubiera preguntado cuál era el aspecto en el que peor me iba, mi respuesta automática habría sido un: "En las citas"

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

   Si alguien en algún momento de mi corta pero dramática existencia me hubiera preguntado cuál era el aspecto en el que peor me iba, mi respuesta automática habría sido un: "En las citas".

   No soy creyente de ningún tipo; no creo en Dios, pero me atrevo a decir, en busca de echarle la culpa por mis fallos y defectos a alguien más, que ha sido él el mismo que me ha convertido en un completo palurdo para llevar a cabo una salida en la que uno de los fines principales es seducir a la otra persona para conseguir verse una segunda, tercera y hasta cuarta vez. Como para poder forjar una especie de relación que con el tiempo evolucione en un noviazgo.

   Contando todas las veces que me ha ido mal, únicamente me veo en la posibilidad de proclamarme el máximo patán de patanes; a raíz de esto también me tomo la molestia de colocar una corona de oro puro sobre mis cabellos grisáceos y una banda alrededor de mi torso con la leyenda DESGRACIADO #1.

   Es lo que merezco, tengo motivos de sobra para creerlo: Tal vez, si mis amigos, familiares o personas cercanas a mi cotidianidad, hubiesen estado presentes en todas las veces que me ha ido del asco, me considerarían un atrayente de la mala suerte. Me tomaré el trabajo de dar ejemplos para que se comprenda con exactitud a qué me refiero. 

   Podemos empezar hablando por la primera experiencia fatal de este año, Park Bogum. Un tipazo de un metro ochenta, azabache, de ojos oscuros y profundos, acompañados con una sonrisa heredada de ángeles y pómulos rellenitos. Su cabello caía un poco por arriba de sus hombros y lucía increíblemente bien.

   Astrónomo; me llevó al planetario y me habló de estrellas, comparando la belleza de las mismas con mi sonrisa y mis ojos, terminó con su sesión informativa al darme el apodo de Galaxia por lucir como un misterio que refugia planetas y estrellas. Esa fue la explicación que dio y que, desde el primer segundo, me tuvo a punto de ponerme de rodillas.

   Bogum fue un amor conmigo en cada instante, se comportó de una manera tan espléndida que merecía todo el cariño del universo como respuesta, tanto que me daban ganas de proponerle matrimonio en esos instantes... Y no soy alguien que quiera casarse. Él quiso volver a verme; sin embargo, yo mismo me lo impedí ya que, al estar terminando la cita, se me escapó una... flatulencia. Caí muertísimo de vergüenza, pedí disculpas una y mil veces, consiguiendo que el efímero amor de mi vida se riera y me dijera con ligereza: "No te preocupes, las galaxias también tienen gases". Y lo sé, es un motivo estúpido y de completo cobarde no querer afrontar la situación de forma sensata, pero para enero, es decir, hace casi cuatro meses, era demasiado inmaduro, por lo que un simple pedo no se me hacía un tema natural que a veces uno no era capaz de reprimir.

   Comenzar con Bogum es lo más ligero: Él fue un amor en cada segundo, yo soy un idiota vergonzoso de arriba a abajo, fin de nuestra fugaz y descabellada historia de amor.

   Siguió en el juego Seojoon. Un hombre de ensueño por donde se le vea. Desde el primer match me hizo sentir pleno en confianza con él e intentaba perdidamente que esa confianza también la llevara hacia mí mismo: Me gritaba, a través de audios, love yourself. Un terrón de azúcar que se disolvía en agua, eso era él.

BAD DATE ┃ kookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora