XVII

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Escribo sobre las emociones ignorando las que me atañen, me jacto de conocer a detalle los sentimientos, pero, paso por alto los mios… y uno en particular ha prosperado tanto que es imposible ya hacerse el desapercibido. Estuvo ahí, presente en todos mis tiempos, como una planta a la ventana que sin cuidados ha presumido sus flores al rocío.

Ahora, insospechadamente, eres parte de mi reflejo, dulce amor mío.

Etéreo y efímeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora