XVIII

12 1 0
                                    

La bóveda celeste burbujeaba de estrellas cuando bajo el amparo del gélido viento, tomó su mano entrelazando sus dedos, sabía que aquel acto surgía de una necesidad, de calor, de compañía... entretejian sus almas solitarias.

Etéreo y efímeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora