XXXII

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Quisiera ser serpiente para reptar aferrado a tu cuerpo, que mis escamas rocen tu sedosa piel canela, quiero subir por tus piernas envolviéndote suavemente, en un abrazo caluroso del que no puedas escapar, con mi lengua viperina trazar un camino humedecido, hasta llegar a tu cuello, fruto en mi manjar, clavar mis colmillos inyectados de veneno, hasta que por fin me empieces a amar.

Etéreo y efímeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora