Ⅲ. Literature.

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─────── ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ ᴛʀᴇs ───────

↳ " Literature. "

| Narrador Omnisciente|

【 ♡ 】

Para Cristina, la clase de literatura
era una tortura, no le gustaba para nada y no le provocaba ni un poco
de interés, aunque bueno, tampoco eran muchas las asignaturas que le llamasen la atención a la Rubia. La chica de cabellos morados se enco-
ntraba sentada a su lado, y por el contrario, esta si parecía disfrutar
de la clase de Pedro. No quitaba su
vista del pizarrón y lo anotaba todo.

En medio del aburrimiento que le
daba la clase comenzó a divagar, pensando en que realmente jamás había visto a esa chica. Definitiva-
mente era nueva en el insti, pero a
Cris le parecía que también lo era
en la ciudad. No la había oído ha-
blar aún, pero podía apostar a que
esa chica era de otra ciudad.

Sin siquiera notarlo, ya estaba con
la mirada perdida en el rostro de aquella chica, la cuál volteó a verle, provocando que un gran sonrojo se apoderara del rostro de la rubia.

Sus miradas se unieron por unos breves instantes, en los que ning-
una decía nada, sólo se estában mirando. Los marrones ojos de la pelinegra bajaron de sus ojos, a su boca, en la que se detuvo por unos instantes antes de volver a mirarle
a los ojos. Cristina sintió algo raro,
que realmente no podía describir y apartó la mirada. Volviendo a fijar
su mirada en la clase.

Era realmente extraño, la semana pasada le había ocurrido lo mismo
con esa chica de cabellos oscuros,
se miraban, ella le miraba los labios,
se ponía nerviosa y apartaba la
mirada. Y es que, a esas alturas aún
no habían intercambiado siquiera
un " hola ".

- Eh, Cristina, ¿Estás prestando atención?.- Pregunta el maestro, provocando que todos sus compa-
ñeros, (incluyendo a la pelinegra),
la observaran.

- Eh....si, Claro que si Pedro.- Responde la rubia.

- Vale.- Dijo Pedro, volviendo a
mirar al resto de la clase.- Pues entonces juntaros con la persona
con la que vais a trabajar, recor-
dad que no vais a poder cambiar
de compañero.

Cristina observó a su alrededor, buscando a alguien con quién
hacer el trabajo, pero todas las personas que medio conocía ya
estaban en pareja con alguien
más. Observó tímidamente a su
lado, notando que la pelinegra
estaba igual que ella, sin saber
con quién hacer el trabajo.

Pedro comenzó a pasar por todos
los pupitres, anotando los grupos
de trabajos. En cuanto el rizado
pasó por el pupitre que compartí-
an les observó.

- ¿Y bien?.- Preguntó.- ¿Vais a hacerlo juntas?.

Cristina observó a la pelinegra,
que asintió sin pensarlo mucho.

- Vale, escoged un libro de la lista.

Pedro se fue, dejándo un silencio incómodo entre ambas. Cris miró a
la pelinegra y le sonrió tímidamente.

- ¿Que libro te gusta más?.- Los dedos de la pelinegra pasaron por sobre la hoja, mientras leía los tí-
tulos de los libros.

- Um, no lo sé...uno que tenga peli, quizás.- Responde la rubia, obser-
vando cómo la chica a su lado se esforzaba por hacer memoria.

- Vale, entonces.. ¿ las amistades peligrosas?.- Pregunta la pelinegra, mientras quitaba su vista de la hoja
y la posaba sobre el rostro de Cris.

- Vale.

- Vale.

Otro silencio se hizo presente, que
esta vez fue acompañado por una mirada intensa por parte de la peli-
negra y una mirada tímida por parte
de la rubia. Realmente ella no era
así, no acostumbraba a observar a personas embobada o a sentirse tan tímida. Ella no era así habitualmente.

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⏰ Última actualización: Jan 19, 2021 ⏰

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