- Espero mis disculpas.
- ¿Qué dijiste que cosa?/ ¿Eres imbécil o qué?
Mi mirada echa chispas y él cruza los brazos presumiendo de su altura. De la que tiene una ventaja de miserables tres centímetros.
Como si no tuviera suficiente con ayer. El día en el que fue la defunción del libro que fue atacado ayer, quien demostró toda su fortaleza al soportar los ataques infringidos por el denigrado de ayer. Su memoria perdurara en mi corazón como un mártir, un valiente que resistió con la cabeza alta hasta el final.
- Tú no debes disculparte corrientemente, ¡Debes dar la más extraordinaria de las disculpas para que considere disculparte! ¡Asesino cobarde!
El aula esta vacía lo que me da más confianza para elevar la voz los decibeles que me plazcan. Solo tres personas permanecieron en este lugar, si, la persona de más es Caroline.
La mejor opción era rechazar la propuesta de la madre de Caroline.
- ¡Caroline apaga esa cámara! – ordeno al verla grabando toda la escena detrás de nosotros, ella la apaga pero dudo que se rinda tan fácilmente esta un paquete de galletas en juego. Me sonríe dulcemente, mostrándome el celular guardándolo en su mochila.
Extiende sus pies colocando ordenadamente una caja de palomitas de maíz con una botella de bebida energética. Nos saluda al ver que atrajo la mirada del maleante, Enrique es un inepto, levanta la mano y los insta a que continuemos. Existen días que podría ser grosera con mi amiga y la insultaría a más no poder.
- Espero mis disculpas nerd.
- No me rebajare a tu nivel inculto.
- ¡Agradécele por lo de la enfermería! – grita emocionada Caroline y me hundo en la miseria. Le encanta demasiado el drama.
Dios, te la llevas o te la mando.
- Ya oíste a mi admiradora, pide disculpas ahora. Quizá considere la posibilidad de no difundir tu acto de torpeza de ayer – La cara de Caroline se transfigura y niega.
- Ivy, el que no se halla defendido solo afirma una cosa a gritos- habla con voz grave – Estaba asustado el muy ma...
- Corta ese insulto Caroline! – digo totalmente enojada – ¿trataras de disculparte Enrique?
- Porque disculparme de algo que no me arrepiento – inicia petulante – Soy demasiado importante como para permitirme hablar con un fenómeno, Comienza por llamarme por mi nombre, es...
Era innecesario seguir escuchando sus palabras carentes de raciocinio.
- Es evidente tu falta de tacto y de valor, aquel que menosprecia a los demás deja en claro su rango de nobleza – espeto disgustada marchándome al instante.
Caroline viene junto conmigo mirando mis mejillas rojas de rabia.
- ¿Ivy estas?
- No me afecta, las mismas palabras me los dijeron otros anteriores a él.
Iré al encuentro del amor de mi vida, sé que está en la plaza en estos precisos instantes
...
¡Cómo te quiero!
Devoro mi helado de canela con corazoncitos revoloteando a nuestro alrededor. Amor de verdad.
La verdad es que las palabras de Enrique me recordaron al tío de aquella vez hace tantos años, que me humillo con palabras parecidas. También me recordó al chico que me rechazo de forma demasiado cruel según mis amigas. Por mi afición a los libros y me disgusto ante el chocolate, bien habría podido ser una paria social de lo que me salvaron ciertos estudiantes de un grado superior.
Solo deseo concentrarme en lo que se desarrolla alrededor de mí, que es otra cosa que la mayoría considera como rareza.
No me pone melancólica ver tanta pareja revoloteando alrededor siendo soltera, me siento como si pudiera ver las páginas idílicas de un libro en frente de mí. Como se abrazan y charlan animados, la manera en la que pasan su brazo en su chica de manera protectora evoca el recuerdo de mis personajes favoritos presentando su imagen mucho más nítida ante mis ojos.
Cada época tiene su propio encanto romántico. Mi abuela, de pequeña, relataba las serenatas bajo la luna llena, dulces canciones, melódicas voces, que derriten los corazones más duros ante lo idílico de la escena; como las muchachas agradecían semejante espectáculo ten agradable de disfrutar lanzándoles flores desde su alcoba y agradecían fervorosamente inclinándose. Mi madre, en cambio de las historias de princesas y dragones relataba como algunos chicos dejaban en el banco de la interesada cartas de poemas con palabras que al leerlas eras capaz de comprender sus sentimientos a pesar de mala letra o pequeñas faltas de ortografía, las emociones que te desbordaban cuando te daban una rosa inclinándose y declarando su amor por mucho que sea el público. Unas maneras dulces de encandilar a corazones jóvenes.
Ahora en estos instantes son contadas las escenas de semejante índole, pero de alguna manera cada pareja tiene su propio encanto, una sola esencia. Y para mí, es toda una fortuna el poder verlas con el rabillo del ojo, como si las tuviera delante, ¿Por qué razón debe disgustarme la felicidad de esas personas?
Pensándolo bien, en demasiados casos el odio se transfigura en amor, ¿Podrá ser?
¿Existe siquiera la posibilidad?
¿Enrique... podrá amar leer?
- Hey. Voy debiéndote una disculpa por lo de hace rato – volteo lentamente y parece avergonzado, auténticamente – ¡No me malentiendas! –eleva la voz ante mi mirada de interrogación – Solo por lo último que dije... no estuvo bien y ¡Argh! ¿por qué sigues impasible? Al menos di que me perdonas y ¡zanjemos el asunto de una vez!
Contengo un sollozo y lo observo con los ojos aguándose y la mirada la siento cristalizada.
Estaba equivocada.
Puede ser que me enojara en gran medida lo del libro, de todas formas lo que completo de disgustarme es que su sola presencia, su recuerdo, evocaba la de esos dos que me lastimaron en el pasado. No lo juzgue por su personalidad, solo por lo que me recordaba.
Hice una parcialidad precipitada, algo que desde leer Orgullo y Prejuicio prometí que no haría.
- Lo siento – Musito, y una signo de interrogación se talla en sus ojos, cosa que me hace sonreír – Por tener esta reacción demasiado sensible.
Enrique niega y alza la mano.
- ¿Somos enemigos respetuosos? No pienso ceder en lo más mínimo, friki de los libros.
- Enemigos respetuosos, inculto con complejo de troglodita – cerramos trato y corrige.
- A propósito, no me llamo así, me llamo E...
Ahora que lo pienso bien, el sigue estancado en: mortificante-libros-odiar-Edison
Es penoso.
Si cambiamos dos de las variables, toda opinión se puede cambiar con constancia e insistencia, por su antónimo daría por resultado: agradable-libros-amar-Edison
Que extraño, es demasiado extraño pesar solo las dos últimas palabras. ¿Por qué será?
Eli:
Si, ¿Por qué será?
¡Pasen a ver Bromas de Cupido! Si es que aún no fueron. Spam en 55 caracteres contando con espacios.
¿Película, serie que esperan con ansias? ¿Estrenos que les interesen en el 2021?
¿Cosas (buenas) que les trajo el 2020?
¿Qué esperan de nuestro joven 2021?
¿Alguien se dio cuenta que las iniciales del capítulo coinciden con las iniciales de E y Ivy?
Teorías por aquí...
Opiniones por allá...
¡Historical History fuera!
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Odio / Amo Leer
RomanceIvy, como toda buena lectora, es defensora de la cultura plasmada en palabras; siendo específicos a aquellos portales que logran que navegues más allá de lo posible, puentes a mundos nuevos increíbles a su modo. Libros, para ser exactos. Lástima que...