NOTAS: la palabra de esta semana es "Falsa alarma". Veamos qué se me ocurre =)
BOOM!
Iruka se desperezó con placer. Miró por la ventana y no pudo evitar sonreír, pues hacía un día estupendo. El día era frío y el Sol brillaba en lo alto, calentando los tejados de las casas y derritiendo las finas capas de hielo que se habían formado durante la noche. Definitivamente era una mañana de sábado perfecta y, con el buen día que hacía, sería una lástima quedarse en casa...
Con una idea en la cabeza, Iruka volvió la vista al montón de exámenes que había estado corrigiendo la última hora. Calculó mentalmente la diferencia entre los que ya estaban corregidos y los que no y concluyó que terminaría hacia las doce del mediodía.
―¡Perfecto! Puedo invitar a Naruto a comer y luego pasar la tarde juntos... ―se dijo a sí mismo mientras se llevaba la taza de té a los labios, pero ya no quedaba líquido en su interior, así que se levantó y fue hasta la cocina con la intención de preparar más.
Justo cuando había puesto la tetera a hervir, escuchó un tap-tap en la ventana del comedor. Fue a ver y se encontró con uno de los cuervos blancos que utilizaban en el hospital shinobi de Konoha como mensajeros. Extrañado, Iruka abrió la ventana.
―Umino Iruka, se requiere de su presencia en el hospital shinobi de Konoha como tutor legal de Naruto Uzumaki –le dijo el cuervo con esa voz tan rara que los caracterizaba.
―¿¡Naruto!? ¿Qué ha pasado? ¿Está bien?
―Lo siento, Umino-san, pero las normas del hospital me prohíben tratar temas médicos fuera de las instalaciones sanitarias –respondió el animal, sin poder evitar graznar hacia el final de la frase. Sin darle tiempo a preguntar nada más, el cuervo alzó el vuelo, probablemente de vuelta al hospital.
Iruka se quedó con el corazón en un puño. ¿Y si se había infectado con el Coronavirus? Se había asegurado de que Naruto siempre fuera bien preparado; le había comprado varias cajas de mascarillas quirúrgicas y gel hidroalcohólico para que el pequeño no tuviera que gastarse el poco dinero que tenía en algo tan básico. Pero claro, uno nunca podía estar lo suficientemente seguro, sobre todo teniendo en cuenta las condiciones en las que vivía Naruto. Iruka le había dicho en mil ocasiones que podía quedarse a vivir con él; estarían apretados, ya que su apartamento era más bien pequeño, pero al menos Naruto no tendría que vivir en aquella casa más llena de goteras y moho que de otra cosa. Sin embargo, Naruto se negaba cada vez. El pequeño Uzumaki aceptaba pasar algunas noches en casa de su sensei favorito, pero eso era todo. Iruka no podía estar seguro por completo, pero, después de varias conversaciones, había adivinado que tantas negativas se debían a que Naruto no quería causarle molestia alguna, e Iruka lo comprendía. Él también había sido así de pequeño: desesperado por un poco de atención, ansioso por demostrar su valía y, a la vez, incómodo por causar preocupación a otros. Y solo porque entendía ese sentimiento Iruka había decidido no seguir preguntando, pero... ¡Por todos los Dioses que si el mocoso había cogido el virus iba a someterlo a la ley marcial y retenerlo en su apartamento lo que hiciera falta!
Con velocidad pasmosa, Iruka se puso su abrigo y la mascarilla y salió corriendo hacia el hospital, donde un medic-nin y un enfermero le pararon antes de que pudiera cruzar la puerta.
―Lo siento, pero no se puede pasar. El acceso al hospital está reservado para enfermos por Covid y sanitarios ―le dijo uno de ellos.
―Busco a Naruto Uzumaki. Soy Iruka Umino, su tutor legal. Me han dicho que venga ―se apresuró a decir, atragantándose con su propia preocupación.
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La nueva normalidad [KAKAIRU] CARA A
Fanfiction"La nueva normalidad" es un compendio de one-shots cuyos ejes temáticos giran en torno a situaciones derivadas del Coronavirus. Este es un proyecto que consta de dos partes: la cara A, escrita por Valeria Penhallow, y la cara B, escrita por BySaira...