One-shot #3: Jodidamente adorable

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NOTAS:

¡Buenas! Aquí os dejo el shot de esta semana, que tenía que girar en torno al concepto de "comida". 

Sobre este shot: Modern-Au. 

⚠️Advertencia: este shot contiene una escena un poco subida de tono.

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JODIDAMENTE ADORABLE


Iruka salió de la habitación 312 como un alma en pena. A sus espaldas, dos auxiliares de enfermería se encargaban de tapar con una sábana el cuerpo ahora inerte de una mujer joven.

—No había nada que hacer, Iruka —le dijo una voz a su derecha. Al parecer, la doctora Tsunade se había enterado de lo ocurrido.

—Era tan joven... —susurró Iruka, con tono derrotado— No debería haber pisado un hospital hasta dentro de diez años, y aun así...

—Aun así decidió irse a una fiesta clandestina en lugar de mirar por su salud —le cortó Tsunade—. La gente estúpida existe, Iruka. Y, mientras la medicina moderna no sea capaz de curar semejante enfermedad, mucho me temo que los médicos vamos a tener que tratar durante mucho tiempo con estúpidos. Llevamos diciendo desde marzo que esto no es ninguna broma, que la gente debe cuidarse y protegerse. Hemos dado consejos, hemos tomado medidas y hemos hecho turnos tan largos que, si el personal sanitario de verdad cobráramos lo que nos merecemos, ningún gobierno podría terminar de pagarnos jamás... Pero la gente es estúpida.

Iruka lo sabía. Lo sabía, lo entendía y le enfurecía. Ya no sabía qué hacer. Lágrimas se agolparon en sus ojos, pero sabía lo incómodo que podía ser llorar con las gafas del equipo de protección puestas, así que cerró los puños con fuerza, tratando de aguantar el llanto.

—Oh, Iruka... —suspiró Tsunade. La doctora cruzó los dos pasos que los separaban y, acto seguido, lo abrazó con fuerza. Fue extraño sentir la presión de dos brazos amigos rodeándole a través del plástico, y aun así le reconfortó.

—Lo siento... Sé que no debería ser tan.... Pero es que es demasiado... —sollozó Iruka sin querer, consciente de que, en cualquier momento, podría pasar alguien. Tsunade le abrazó más fuerte.

—Somos humanos, Iruka. Incluso los que han ejercido la medicina desde hace años, no habían visto nada igual desde hacía tiempo. Es normal sentirse cansado y abatido; lo importante es no rendirse —le dijo, separándose de él para mirarle a la cara—. Dime una cosa: ¿cuánto te queda para terminar tu turno?

—En realidad, ya ha terminado—le respondió Iruka, recomponiéndose un poco—. Hace diez minutos.

—Pues vete a casa y tómate esos días libres que llevas aplazando desde agosto.

—P-pero Tsunade...

—Pero nada, Iruka. Todos los días venimos al hospital, y todos los días nos ponemos el maldito traje EPI durante ocho horas o las que hagan falta. También tratamos todos los días con la muerte de pacientes y con la ineptitud de nuestros gobernantes, que de pronto parecen interesados por la economía del país, además de la de sus propios bolsillos. Mención especial se merecen los imbéciles que no saben llevar la puta nariz por dentro de la mascarilla, los negacionistas y esos vecinos cabrones que cuelgan en las puertas de nuestras casas notitas invitándonos a abandonar el edificio mientras trabajemos en un hospital. Y, para colmo, hay por ahí gente diciendo que no sabemos hacer otra cosa que quejarnos. ¡Ya está bien! Llevas partiéndote el culo desde hace meses; ya va siendo hora de que te tomes un descanso. De nada me sirve que mi jefe de enfermería caiga también enfermo. Cógete unos días libres y recarga baterías; lo necesitas.

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⏰ Última actualización: Jan 29, 2021 ⏰

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La nueva normalidad [KAKAIRU] CARA ADonde viven las historias. Descúbrelo ahora