Llegar nueva en el 5 año de Hogwarts no es fácil. Tus nuevas amistades te ayudarán a sobrellevarlo. Pero un amor inesperado lo complicará todo mucho más. O no?
Adéntrate en esta historia de amor entre el irresistible de Draco Malfoy y nada más y nad...
Nos dirigimos al castillo montados en unos carros arrastrados por Thestrals. Aunque verlos significa que has tenido que vivir algo tan terrible como presenciar una muerte, me encantan estas criaturas.
Durante el trayecto me inclino para acariciar a uno de ellos, olvidando que los demás no los pueden ver. En cuanto me doy cuenta me aparto rápidamente y veo que los tres me están mirando.
Harry: Tu también los ves?
______: Em..... sí. Espera, vosotros los veis?
Hermione: Solo Harry.
Ron: Es muy grosero preguntar a quien viste.... ya sabes.... morir?
Hermione: Ron!
______: No, no pasa nada. Pero no me gusta hablar de ello.
Era eso o decirles: los veo porque he visto en varias ocasiones como mi padre mataba a gente.
Cambiamos de tema y el resto del viaje se pasa volando. Cuando entramos al gran comedor no puedo evitar soltar una exclamación de lo bonito que es todo.
Me siento con mis tres nuevos amigos mientras espero a que todos los de primero pasen por el sombrero seleccionador. Tengo que admitir que estoy muy nerviosa. No soy tímida pero no es habitual que alguien de quinto curso tenga que ser seleccionado en una casa y..... mierda! Dirán mi apellido. Todos se enteraran de quien es mi padre y mis nuevos amigos sabrán que les he mentido!
Todos los de primero acaban. Y cuando todo el mundo de prepara para comer McGonagall anuncia mi turno.
McGonagall: Este año tenemos una nueva alumna en quinto curso. Así que como todos los nuevos alumnos, tiene que ser puesta en una casa.
Ahí va....
McGonagall: ______ Grindelwald!
Automáticamente todo el mundo se pone a murmurar y los tres estudiantes de Gryffindor me miran sorprendidos. Les miro pidiendo disculpas con la mirada por mentirles y me levanto con la cabeza bien alta.
Mi mirada se cruza con la de Dumbledore, no sabría identificar su expresión, pero tengo que apartar la vista primero.
Los murmullos no paran hasta que me siento en el taburete y Minerva me pone el sombrero. Todos callan para enterarse de dónde estará la hija de Gellert Grindelwald.
Sombrero: Valla, valla..... La pequeña Grindelwald. Veamos.... tienes muchas capacidades y virtudes únicas. Pensaba que sería más fácil colocarte.... Ya sé. ¡SLYTHERIN!
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