MICROHISTORIAS y otras fantasías

EL PASO DE LOS VENADOS

EL PASO DE LOS VENADOS

AJEDSUS

Don Juan era un humilde panadero del pueblo de San Cristóbal, que en ocasiones acostumbraba a viajar a otras comunidades los fines de semana para lograr vender más.

Preparaba sus empanadas de mermelada, panques, mantecadas y gaznates los viernes para emprender su viaje cada sábado por la mañana.

Esta vez viajaría a Zinacantan y debería viajar sólo por la carretera. Llegando al pueblo siempre acostumbraba a poner su negocio en el mercado principal. Colocó todo en su auto y emprendió el viaje. Su esposa usualmente lo acompañaba, pero ese día tendría una venta en una iglesia y se habían dividido los repartos.

Todo el trayecto había sido tranquilo, la carretera estaba desierta y solamente él conducía en ella. Los árboles se movían por el viento y los cerros aparecían y desaparecían fugazmente. Algunas aves volaban en lo alto y el panorama se encontraba nublado parcialmente.

Pronto en la lejanía, don Juan logró observar un inusual objeto parecido a un muñeco de barro a unos metros en la orilla de la carretera. Él disminuyó la velocidad y se estacionó cerca de donde estaba. Se bajó y apreció el objeto.
Era un raro muñeco gordito, de color blanco y de no más de 30 cm, su rostro se miraba sonriente y uno de sus brazos se mantenía levantado haciendo una seña con el pulgar.

Para Juan le pareció demasiado curioso encontrar tal objeto en medio de la nada. Así que lo levantó y lo llevó a su auto, el muñeco pesaba un poco, pero lo puso en los asientos de atrás. Le parecía buena la idea llevarla a casa y colocarla en su patio como adorno, seguramente su esposa le gustaría.

Había pasado el trayecto llamado "El paso de los venados" y todo el lugar se encontraba con árboles y pinos a los lados de la carretera.
Por un momento , él dirigió su vista al espejo retrovisor y logró ver como la inusual estatua movía su mirada, observando hacia ambos lados. Por un momento empezó a bajar su pequeño brazo , hasta mantener los dos pegados a su cadera.

El espanto del viejo  fue tal que frenó estrepitosamente, deteniéndose cerca de unos árboles.

Movió su cabeza hacia atrás y lo que encontró le sorprendió por completo.
En donde debía de estar el extraño muñeco de barro, este había desaparecido por completo , dejando en su lugar una gran tinaja de color café.

El hombre  se sentía confundido, pero lentamente acercó sus manos hacia el traste y lo abrió. Dentro se encontraban cientos de pequeñas monedas de oro y algunas cadenas con gemas brillantes. Su asombro fue tal que no podía creer lo que tenía ahora ante sus ojos.

Tras el descubrimiento, él decidió dar la vuelta a la carretera y se dirigió nuevamente a casa. Su alegría era tan basta que deseaba con ansias compartir toda esa riqueza con su familia. Ahora tal vez podría poner una gran panadería y terminar de construir su casa. Sus ideas iban y venían sobre lo que haría.

No entendía por completo el por qué del fenómeno, pero en ese instante no cabían las explicaciones. Él ahora sería rico.

Final Alternativo ...

Don Juan no sabía que hacer con tal objeto de barro. Así que lo cargó y se lo llevó en su auto.

Cuando tenía varios kilómetros de avanzar en carretera, algo ocurrió.

Mediante el espejo retrovisor, pudo observar que el muñeco había desaparecido.
Bajó del auto y buscó si había caído en la carretera. Pero no halló nada.
Observó el panorama donde se encontraba y logró notar que el panorama había cambiado.
Su auto se hallaba en un inusual valle lleno de pastizales. Ninguna carretera se apreciaba cerca.
¿Cómo había llegado ahí?

Se notaba completamente confundido. Sacó su celular y no tenía señal alguna,ahora estaba incomunicado.

"Posiblemente aquel endiablado muñeco tuviera que ver con aquello " , pensó agobiado.

Deambuló y deambuló por el extenso valle,hasta que cayó fulminado por la sed y el hambre.

Se volvió de noche y él pobre de Don Juan se había convertido en un muñeco de barro, barrigón y con finos relieves, sonriente y malsano...