Capitulo 4

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La cabaña

(Esperanza)

Dedicado a: yocifer  Por ser mi primera seguidora, y por ser una gran persona, escritora y dibujante. Siempre te recordarán. No pensaba publicar este capítulo tan pronto pero quería dar un poco de esperanza. No te conocía demasiado pero lo que conocía erá puro brillo. Descansa en paz.

No tardamos mucho en encontrar la cabaña, ¿como un bosque podía ser tan grande y tan chico al mismo tiempo?

Nadie habló, todos sabíamos que cuando abrieramos la puerta nada pasaría, encontraríamos una cabaña destrozada, pero, también sabíamos que ninguno pensaba en una simple cabaña cuando veía esa Vieja casa en el bosque.

Imaginense estar un año en el bosque sin nada exepto la compañía de una loba, y que aparte la comida fuera escasa. Bueno, eso solo fue el comienzo de mi historia.

Ya había vivido lo suficiente en ese bosque para saber las reglas del mismo. 1) Nada es lo que parece, las nubes negras siempre estaban, y la lluvia nunca caía. 2) Cuando llega la noche no salgas de tu refugió y 3) No hay salida, no hay nadie más que tú, y pensar lo contrario te llevará a tu muerte.
No fue hasta que un día, simplemente por pura casualidad, encontré esta cabaña, era pequeña, estaba rota, y parecía endeble. Sin embargo me hizo reflexionar una regla. Talvez no era la única en ese bosque, talvez, en esa pequeña chosa, alguien se hallaba, y de no ser así, al menos podría tener comida.

Yo y Hecte, mi loba, decidimos entrar. Empuje un poco la puerta y está se abrió. Pero cuando entre supe que algo estaba mal, el tamaño de la cabaña por dentro era enorme, las proporciones no daban, pero eso poco me importo cuando ví que dentro había más gente, entre y a nadie pareció imporrles que una loba me acompañaba, o que yo estuviera perdida y totalmente mugrienta. Una mujer me atendió.

- Hola cómo te llamas? - Preguntó mientras se agachaba para mirarme a los ojos.

- No me acuerdo - contesté

- Serás R. - dijo

- Eso no es un nombre, es una letra. - proteste.

- Okey, seras Regina entonces, pero a la hora de entrenar R serás.

Entrenar, yo no entendía nada, la mujer me jalaba de la muñeca y me llevo a una habitación, allí había otra niña, que debía tener 6 años, al igual que yo. La mujer cerró la puerta con tranca y se fue de la habitación.

- Hola, me llamó C - se presentó la niña.

- Eso no es un nombre! Es una letra. - dije - No sé cómo me llamó, pero creo que soy Regina.

- R. Bueno. - contestó

- Camila, ese podrá ser tu nombre. - dije entusiasmada. - y... Hay algún otro niño aquí?

- Solo S, el duerme en la habitación del frente, no tenemos permitido salir, a menos que sea hora de entrenar o de comer. La gente aquí suele ser un poco fría, pero te acostumbras, es imposible salir de aquí, creeme lo he intentado. No cometas los mismos errores que yo, a ellos no les importa que seamos niños, si desobedeces las reglas, te van a hacer pagar.

- Hablas como una adulta, sabés? - le dije

- Es parte del entrenamiento, eso, peliar, y defensa personal. - río

- bueno ¿que puedo hacer con Hecte? - pregunté

- Quién?

- Mi loba - contesté

- Que loba? - Me dijo mientras me miraba confundida.

Cómo no podía ver a Hecte, estaba al lado mío, era una loba, era imposible que no la viera, ¿era ciega o que le pasaba a esta chica?

- Sabes no pasa nada - contesté

La verdad, aún estaba confundida, que era ese lugar, que era ese entrenamiento, quien era la mujer que me trajo a esa habitación, porque Camila no podía ver a Hecte. Pero aunque tenía miedo de ese lugar, tenía 3 cosas que antes no. Otras personas, comida, y esperanza.

....

La primera semana fue la más difícil. El lugar era enorme, estoy segura que cualquiera que intentará recorrerla toda se perdería. Más, Camila (C), Safiro (S) y yo, no teníamos permitido salir de nuestras habitaciones. Entrenábamos 5 horas al día en una habitación a la cual nuestro entrenador llamaba Campo minado.
Nos enseñaba todo tipos de artes marciales y entrenamiento físico, como utilizar armas de fuego, etc. Luego la señorita Laurense, nos daba clases de, no se muy bien de que, de lo que a ella le antojasce, criminología, phicologia, abogacía, incluso magia.
Era un poco divertido al principio, pero también había muchas reglas, y los adultos a veces se olvidaban de que teníamos entre 7 y 8 años, ya que nos trataban como si entendieramos todo lo que ellos decían. Solo 6 personas de las miles que habían en ese lugar hablaban con nosotros. La señora que me agarró, ella se llamaba Ahasi, y era la líder de la organización. Así se hasían llamar la gente que trabajaba allí, puesto que decían, que su trabajo era la recolección de datos e información de criminales y la seguridad de personas de interés público. Otras de las personas que hablaban con nosotros, eran nuestro entrenador y la señorita Laurence, pero no sabíamos mucho de ellos. También estaba una mujer que nos daba comida y vigilaba que no saliéramos de nuestras habitaciones mientras no estábamos requeridos afuera de las mismas. Y por último 2 señores, ya un tanto mayores que el resto como de 40 años que se ocupaban de hacer nuestra vida un poco más entretenida, y no porque fueran buenos con nosotros, o hicieran comedia. Sino porque siempre nos metían en problemas con Ahasi.
Esa fue mi vida por aproximadamente 6 meses, entrenar, estudiar, y juntarme con los únicos 2 niños más que había allí, era mejor que estar sola.

AUTORA: Agradecería si en los comentarios me informaran de las faltas de ortografía.

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