MURI3ND0 3N V1D4

♡︎

Me iba despertando, sentí mis ojos húmedos y mi pulso rápido.

La ansiedad me consumía de nuevo, mi cabeza daba vueltas y mi anemia me obligaba a desmayarme.

Me golpeaba los brazos y mi corazón latía más rápido que el parpadear de mis ojos.

Su risa retumbaba en mi mente, sus quejidos aún podía escucharlos, aún sintió su mirada en mi cuerpo, su mano sobre la mía, esos brazos recorriendo mi cintura, y su pecho contra mi espalda.
Intenté pararme de mi cama para desayunar algo, mi alimentación en estos días a estado muy mala, la debilidad de mi cuerpo se resentía en cada paso que daba desde mi habitación hasta la cocina, poniendo fuerza para no caerme me senté en una silla y me serví un vaso de leche fría con algún resentimiento de culpa por comer, mi peso se puso en mi mente de repente y avente el vaso, se escuchó el crujido de la taza en la cocina y luego me solté a llorar.

Después de desmayarme por 1 hora a propósito tome mi teléfono y comencé a ver los vídeos y fotografías que teníamos juntos.

Aunque no se despidió con el típico "no eres tú soy yo" me dolía en el alma saber que ese niño ya no era mío y que mi corazón se había ido junto con el.

Silenciosos recuerdos se aproximaron a mi cerebro como gotas de lluvia al suelo.
Ya no sabía que hacer con mi vida y mi mente ya se nublaba cada vez más.

Entre tanto bullicio mental alcance a escuchar el grito de mi madre diciendo mi nombre.
No sabía a qué se debía y decidí ir ...

- ¿Qué pasó mamá ?.

- Nada, solo quería saber cómo estabas y si ya te habías levantado por qué hoy te toca terapia.

- Si, ya estoy lista.

- Báñate y te veo en la cocina para que desayunes.

- Ya desayuné.

- ¿Qué desayunaste ?.

- Un vaso de leche.

- Báñate y te veo en la cocina para que desayunes algo bien.

- Está bien mamá.

Me dirigí a la ducha, me quedé mirando el agua golpeando la cerámica del suelo, mi mente se inundó de pensamientos ya no soportaba volver a pensar en el.

Comencé a meter mi cuerpo lentamente al agua clorada de la regadera, disfrutaba sentir las gotas calientes recorriendo mi espalda.

Después de un largo baño me dirigí a escoger mi ropa, que no fue más que su sudadera larga, unos jeans y tenis.

Solo cepille un poco mi cabello y decidí enchinarme las pestañas para no verme tan demacrada delante del psiquiatra.

Cuando volví a la cocina mi madre me había preparado un licuado con galletas, no fue tan elaborado, me tomé el licuado y metí las galletas a la bolsa del pantalón.

Vi a mi padre salir de la habitación dirigiéndose al baño, me saludo con un beso en la mejilla cariñoso y yo sonreí.

Luego los tres caminamos hacia el auto para ir al psiquiátrico.

Llegando al lugar hicimos las actividades requeridas para entrar a terapia, siempre entro sola así que me metí en la oficina y comencé a hablar con la doctora.