Sociedad "buena"

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El día era soleado, bueno; el cielo estaba despejado, el sol brillaba, había un buen clima para salir de paseo y divertirse un poco con los amigos y familiares.

— ¡Quedate en el suelo!. —

Oh, sí y también era un hermoso día para hacer una ejecución en público, en el patio de la escuela.

Suspire, viendo la escena.

¿Cuántas ejecuciones van esta vez?, ¿2 o 4 cada mes?, ya estaba cansado de ver la misma escena por la venta de mi clase; a alguien siendo despedazado brutalmente o ser comido por perros abrientos.

Aún que las escenas frente a mi eran grotescas y abrumadoras, estaba más que acostumbrado a ver cuerpos mutilados y el patio de la escuela ensangrentado.

Eso solo me hacía recordar en la mierda de sociedad que tenía, el gobierno era una basura, las personas a mi alrededor eran basura, los maestros, los directivos, todo. Incluso yo era basura.

No podía entender como es que estaba sobreviviendo a estas estúpidas reglas que creo este gobierno tan sanguinario, ni siquiera me imagino que mente tan retorcida debe estar rigiendo mi distrito.

Pero sea como sea, bueno o malo, debía de a pegarme a ellas como si fueran mi vida. Literalmente.

— Así termina la clase de historia, espero hallan comprendido mocosos. — El profesor o debería decir ¿Capitán del escuadrón de Guerra?, ternimo de impartir la clase, tomó su arma que siempre reposaba sobre el escritorio y se marchó sin decir otra palabra, cerrando la puerta con llave.

El salón se quedó en silencio, solo un par de segundos antes de que mis compañeros se levantarán y hecharan un vistazo hacia el patio.

—¿Quién fue esta vez?. — Preguntó uno de mis compañeros.

— Estaban diciendo que fue una chica. —

—No, yo escuche que fue un chico de mayor grado. —

—¿Están locos?, escuche que fue el hijo de uno de los capitanes que nos dan clase. —

Las suposiciones comenzaron entre ellos, mi interés de planteo en uno de mis libros de biología, era más interesante leer sobre la estructura del cuerpo humano que saber quién fue asesinado en el patio.

Aún qué eso yo ya lo sabía.

— Habla, ¿fue chico  o chica?. —

Suspire con cansancio, hay van de nuevo con sus ridículas apuestas.

Ni siquiera alce la mirada, seguía leyendo.

— Vamos, Hombre. — Recibí un gentil golpe en mi hombro, ignore ese hecho, sabiendo que el par de compañeros que tenía enfrente eran unos completos estúpidos que solo les gustaba apostar y beber dentro del salón.

¿Cómo era posible que aún no habían sido descubiertos?, los capitanes de la escuela debían de estar ciegos para no notar a un par de engreídos como lo eran ese chico raro de gafas que le gustaba coleccionar insectos y el otro que le gustaban los dinosaurios.

— Largo. — Hable con voz fría. Ellos comenzaron a reír escandalosamente.

—"¿Largo?", ¿eso es una orden, O-K-A-M-I~ — Deletreo Weevil, ese enano con ridículo corte de hongo y su obsecion por los insectos.

—No me provoques. — Le gruñí desafiante.

—¡Oh! ~ cuidado todos, el "okami" se está enojando. — Le resto de nuestros compañeros volteo a vernos. Genial, lo último que quería, ser el espectáculo de nuestro salón, otra vez. —  cuidado Rex, el perro puede morderte. — Le dijo al castaño que estaba a su lado.

—¡Huy que miedo!. — Dijo Rex con voz chillona. — Oh, por favor, señor okami, no me coma. — Comenzaron a burlarse y yo solo estaba aguantando las ganas de poder golpearlo cada vez que me decían «Okami» — Oh, ¿debería decir?, ¿Yami?. —

La sangre me hirvio cuando pronunciaron ese nombre, me levante de mi asiento  furioso, avente mi silla a algún lado del salón de clases, el resto de mis compañeros hizo un círculo alrededor de nosotros para ver el espectáculo que se desembolvia.

—¿Que acabas de decir, bastardo?.— Gruñí molesto, aun conteniendome, ya estaba harto de ese par, siempre molestandome con el mismo tema de «Yami», siempre lo había soportado, pero esta vez ya estaba en mi limite.

— Yam...- — Y ni dejo de terminar de hablar Weevil, puesto que pronto tenía mi puño en su mejilla y el saliendo a volar a uno de los rincones del salón.

—¡Imbecil!. — Rex se lanzó a mi para golpearme, pero su puño que iba dirigido hacia mí rostro aterrizó a la nada cuando lo esquive y en su lugar le propine una fuerte patada al estómago que terminó por sacarle el aire.

Ambos chicos se encontraban golpeados y heridos. Pero eso no bastaba, quería matarlos, acabarlo, ese escorias no deberían de estar vivas, ni siquiera deberían ser llamados humanos. Pues habían hecho cosas terribles.

Di un paso hacia a Rex aún con la furia a tope y la adrenalina corriendo por mis venas, pero justo cuando iba a dar otro golpe, un par de brazos en mi cintura me detuvieron.

Respire. Me contuve. Conté hasta 10. Traté de relajarme. Suspire. Y después me calme.

Mientras ella estuviera ahí para detenerme y no cometer el mismo error que en el pasado, yo me relajaba y la culpa se cernía en mi corazón y mente.

— Basta de pelear Yugi. — Me dijo Rebeca con su suave voz. — Sabes que pelear no está nada bien. —

— Perdón. —Me disculpe.

Ella se alejo y me volteo para verla.

Esos ojos brillantes, que aún existían a pesar de lo que le hice, esa sonrisa bonita y linda que siempre me ofrece todos los días, esa actitud calmada que siempre porta...

Rebeca, ella era un ángel guardián para mí.

— Hay que sentarnos, ¿sí?. — Me dijo y yo asentí. Me tomo de la mano y me dirigió hacia alguna otra esquina del lugar mientras escuchaba como la puerta del salón era abierta y entonces un nuevo capitán que kos impartirá clase pasó y en cuanto vio el desastre del salón, solicitó de inmediato una explicación.

No tuve más opción tuve que hablar.

×Continuará...

FUERTE Y FEROZ. [Yami x Yugi] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora