La Luz del Olvido

~Capítulo 9~

Abrí los ojos lentamente y espere a que se adaptaran a la luz, cuando vi con claridad la habitación en la que me encontraba recordé lo que me había pasado y me incorpore bruscamente, estaba en una habitación pequeña, con las paredes descoloridas, tenia una pequeña ventana por donde entraba la luz que iluminaba la habitación, debajo de la ventana había una mesilla de madera cubierta de polvo y enfrente de mi había una puerta de madera oscura.

Mire hacia los lados nerviosa y camine sigilosamente hacia la puerta, el corazón me latía con fuerza y notaba que tenia el cuerpo engarrotado, mi camiseta azul estaba sucia y en el cuello había sangre, deducía que era mía por que me toque la cara con la yema de los dedos y estos estaban manchados de sangre de mi nariz.... Continué avanzando hacia la puerta y antes de tocar el pomo escuche unos ruidos en el exterior de la habitación, retrocedí torpemente y e mantuve en tensión mirando fijamente la puerta, los pasos eran cada ves mas cercanos y de repente el pomo de la puerta se giro y entro alguien, no se podía ver quien era ya que llevaba una braga que le cubría casi toda la cara, llevaba bolsas colgando de las manos, cuando se quito la braga negra pude ver quien era, Max, me examino de arriba a abajo y sonrió

-He traido el desayuno, espero que te gusten los gofres..

Me quede sorprendida y asustada por su comportamiento, Max dejo caer las bolsas  saco dos gofres

-Mi familia notara que no estoy...vendrán a buscarme y sabrán que me as secuestrado...Tienes los días contados...

Le mire desafiante, no me podía creer que hubiera dicho eso, pero me estremecí al oír la sonora carcajada que soltó

-Oh ya veo.. es una lastima que dijera a tus padres que habías ido de viaje tres semanas...pero sinceramente no van a echarte de menos - Volvió a sonreír y comió un gofre- ¿quieres uno?

Sentí un nudo en la garganta, como si supiera que era yo la que tenia las horas contadas, era la segunda vez que sufría esa sensación, la primera vez que la sentí fue en el día del accidente , era un sentimiento horroroso...

Mi mirada se detuvo en la puerta, que estaba abierta, era mi única oportunidad de salir... En un arrebato corrí hacia la puerta empujando a Max y sin mirar a atrás baje la escalera de madera, cuando baje al piso superior vi la puerta de salida, la esperanza ilumino mi cara, corrí hacia la puerta, intente abrirla pero estaba atrancada

-Mierda...Vamos...

La puerta cedió y se abrió dejando entrar una fría corriente de viento, corrí hacia la calle.

Gire varias veces hasta que me pare, la adrenalina empezaba a desvanecerse de mi cuerpo y tenia mucho frió, estaba empezando a atardecer, me encontraba en un barrio lleno de casas viejas y destartaladas.

Llevaba bastante tiempo caminando, ya no tenia esperanza... A unos pocos pasos de mi había un grupo de yonquis, trague saliva y pase delante de ellos lo mas alejada posible, cuando uno de ellos me grito

-Preciosa ¿Te has perdido? Nosotros te podemos ayudar..

Al pasar frente a ellos me di cuenta de que solo eran hombres, no podía distinguir bien sus rostros por la negrura de la noche, lo único que se veía eran sus cigarrillos y las miles de colillas esparcidas por el suelo. Camine mas deprisa ignorándolos, pero el hombre que me había llamado camino tambaleándose detrás de mi

-Preciosa, no te vayas... Aquí puedes sentir muchas cosas..

Eche a correr, pero el hombre también y me alcanzo, pude ver que era musculoso, muy alto y tenia los dientes amarillos y el pelo rapado... Me sujeto de la cintura y me clavo algo en las espalda, mi vista se nublo y mis gritos se reducieron.. Al cabo de un rato me sentía totalmente separada de mi cuerpo, estaba muy feliz y veía la calle con luces y colores, los hombres me rodeaban mientras se reían y hablaban señalandome, pero me daba igual,  yo no paraba de reírme...

Mire el cielo estrellado y me deje llevar, me sentía como un pájaro, era libre y estaba muy feliz...