Capítulo 8

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Vegetta abrió los ojos, viendo como estaba en una celda junto con el cuerpo desmayado de Luzu.

-¡Luzu!- exclamó el de ojos amatistas, gateando hacia su compañero empezando a sacudirle por los hombros, viendo como este abría los ojos lentamente, mirando a su alrededor confundido.

-¿Vegetitta? ¿Dónde estamos?

-Creo que... Creo que estamos en el lugar donde me retenieron.

Luzu abrió los ojos sorprendido, los cuales reflejaron terror, levantándose rápidamente, tratando de buscar una salida.

-No encontrarás ninguna salida- dijo Samuel en un tono serio- Yo ya lo intenté. No hay, es imposible escapar.

-Entonces, ¿qué hacemos? ¿Esperar a que vengan a torturarnos o a matarnos? Porque yo no voy a dejarlos.

Vegetta suspiró, levantándose y acercándose a Borja.

-Lamentablemente si, no hay nada que podamos hacer... Solo rezar que nos encuentren o que dejen la puerta abierta al salir...

Una risa diabólica se oyó fuera de la habitación, haciendo que ambos (sobretodo Vegetta) sintieran un escalofrío recorrer su cuerpo.

-No somos tan estúpidos para dejar la puerta abierta. No le des esperanzas a tu amigo, Samuel tu bien sabes que en este lugar no hay sitio para la esperanza. Me alegro que decidieras volver. De verdad que me encantaría torturaros ahora mismo, pero desafortunadamente no es vuestros turno... Rezad por vuestros amiguitos mientras esperáis.

El hombre abrió la puerta de la celda de enfrente haciendo que, por un minero segundo, Luzu y Vegetta pudieran ver quienes se encontraban en esta: Alexby, Fargan y... ¿Staxx?

-¡Déjalo!- gritó la voz del comisario del pueblo.

(...)

Fargan se encontraba dormido en la cama de la habitación mientras que Alexby le vigilaba atentamente, ya había perdido a su destinado, no iba a perder de paso a su mejor amigo.

Una fría brisa pasó por la habitación haciendo que ambos se estremecieran, uno en sueños y el otro totalmente consciente, aunque, no por mucho tiempo...

OSCURIDAD

(...)

Un olor a uvas inundó las fosas nasales de Frank, lo que hizo que se despertase y mirara a su alrededor alterado.

-¿Alejandro? - susurró al que llamaban Staxx débilmente, empezando a salir de sus ojos verdes lágrimas de felicidad, pero también de tristeza, ya que no quería que su destinado sufriera todo lo que había sufrido él a lo largo de los últimos 2 años.

-¿Fra-Frank?- contestó una voz débilmente; la voz de su destinado.

Los ojos de ambos se llenaron de lágrimas, antes de unirse en un dulce beso; uno que habían estado deseando desde hacía demasiado tiempo.

-¿Alesby? Es ese... ¿Staxx? - se oyó la voz de Fargan decir, a lo que el de pelo negro se giró a mirarlo, dándose cuenta de que este era el desgraciado que había marcado a SU Omega.

-Tú... Tu lo has marcado.

-Frank...- empezó Alex.

-Si, lo hice- interrumpió el híbrido de búho- Por que TU lo abandonaste, casi se muere por TU culpa.

-¡¿Cómo te atreves a quitarme a mi destinado?!

-¡Yo no fui el que se fue sin avisar! ¡Yo sólo quería salvarle la vida! ¡Cosa que he hecho y ni siquiera te dignas a agradecérmelo!

Ansiedad (Karmaland)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora