Séptima Parte

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Aunque Mew no había dicho la verdad por la que fue regresado a casa, se mantuvo a la defensiva cuando entró de nuevo a la ciudad.

No sabía en quien podía confiar y en quien no, así que decidió ir a por Mew directamente, pero no contó con la seguridad que había aumentado en el palacio, por la posible invasión de los bárbaros.

Así que aunque hizo varios intentos no pudo lograr entrar al castillo, y las tropas estaban asentadas en uno de los patios reales, así que si no lograba traspasar la entrada, no podría encontrar a Mew, ni a sus demás compañeros.

Tenía que pensar en alguna solución para lograr engañar a los guardias o buscar una entrada alternativa para ingresar.

Fue a una taberna a buscar algo para comer, agradecía que Mew había dejado una bolsa con monedas entre el equipaje que ya estaba preparado en su caballo.

"Prepárense" Gulf escuchó la voz potente de una Alfa, enseguida un gran grupo de Omegas se pusieron de pie, por primera vez Gulf pudo notar que la taberna estaba casi completamente llena de Omegas, a excepción de 2 Alfas y un Beta.

Él hombre de la taberna le extendió su comida, que se apresuró a meter en su boca y lo demás del pan, lo puso en una de sus bolsas y salió junto al gran grupo de Omegas.

Los siguió intentando escuchar a donde era que se dirigían.

"Bien, ya saben que hacer, cuando entren al palacio, se comportará bien y obedecerán al Alfa que quiera su compañía"

Algo en las entrañas de Gulf se contrajo, con el pensamiento que paso por su mente, se supone que en el Reino de Thailandia, no estaba permitido la esclavitud de Omegas, ahora aunque ya tenían más protecciones que antes, seguían sin tener los mismos derechos que los Betas o los Alfas.

Desde pequeños los habían adoctrinado de ésta manera, que tenían que aceptar su condición, siempre en la parte más alta de la pirámide, se encontraban los Alfas de familias poderosas, los llamados Alfas de alto rango, luego los Alfas comunes, que aunque seguían teniendo más privilegios, no eran tan notorios como los otros Alfas de familias prestigiosas, luego estaban los betas.

Y por último mero abajo, estaban los Omegas, que apenas tenían unos cuantos derechos, pero solo servían para darlos a familias de Alfas, a cambio de un dote.

Pero en su mayoría había algunas leyes que ahora los protegían, de esto precisamente.

Ya no podían ser utilizados como juguetes sexuales de Alfas poderosos, se supone que la corte del Rey, tenía que evitar esto, Gulf se preguntó si era una hilera de trafico de Omegas.

Siguió al grupo, y sin que nadie lo notará se mezclo entre ellos, dejando atrás su caballo, que permaneció en la taberna.

Guardó su medallon en una bolsa gruesa de donde su abuela se lo había dado, y que al parecer desactivaba de alguna manera los efectos del amuleto.

Gulf guardo bien la bolsa de cuero, y esta a su vez la guardo en un pequeño bolsillo de su ropa interior.

Sabía que aveces su abuela tenía ideas maravillosas, o quizá ella sabía que Gulf necesitaría de ese bolsillo en algún momento.

Siguió al grupo, por una puerta trasera de la muralla, se toparon con cientos de aldeanos que parecían ignorar el hecho de que un grupo de omegas tan grande estaban de paseo por el pueblo, o quizá esta era una visión bastante común para ellos.

Esto le pareció aún peor, ¿que tan frecuentemente llevaban a omegas para la diversión de la corte?

¿Esto era un secreto a voces? O ¿los pobladores de la ciudad estaban siendo amenazados para guardar silencio? Y lo peor de todo, ¿de donde habían salido todos estos omegas?

Los llevaron por un pasadizo, que llevaba a una gran casa detrás del castillo.

Había recámaras grandes, casi como galerones, lo único que adornaba la habitación, eran camas, juntos a cada una de las camas había una pequeña mesita con cajones.

"elijan una, y pueden guardar sus cosas ahí" Dijo la voz de la Alfa, cada uno de los Omegas tomó una cama, los que se quedaron sin lugar fueron llevados a otra habitación igual.

Gulf se quedó en la tercera habitación, había omegas como para llenar al menos 3 habitaciones más.

Casi 90 Omegas.

Gulf dejó sus cosas en la mesita de noche, dio gracias de tener una bolsa con un cambio de ropa, y la bolsa de dinero cortesía de Mew.

"Soy Prim" le dijo un pequeño omega, el que se encontraba al lado derecho de su cama.

"Gulf, ¿Cómo terminaste aquí?"

"Mi familia me vendió, ya sabes ha habido muchas dificultades, mi padre fue a la guerra, y madre tenía que mantener a mis demás hermanos" Dijo alzando los brazos como si no tuviera importancia.

"Lo siento"

"Es lo mejor, si te comportas bien, puede que el Alfa que te eligió te lleve con él"

"¿Para que?" Preguntó un poco confundido Gulf.

"¿Eres nuevo? Es obvio que para formar parte de sus Omegas, te tratarán bien, y tu le darás herederos"

Entonces si era una red de trata de Omegas, pero los Omegas no podían embarazarse de Alfas a menos que tuvieran un lazo, y los Alfas solo podían enlazarse una vez.

"¿Cómo pueden tener varios Omegas?" Preguntó con la duda carcomiendole la cabeza, no se iba a quedar tranquilo sin tener la respuesta.

"Hay formas de simular un lazo con un Omega, hombres del rey lograron buscar una forma y asisten a los Alfas para hacer un falso vínculo"

Gulf se quedó sin palabras, definitivamente esto iba más allá de lo que él había pensado en un principio.

No podía creer lo hipócritas que eran los hombres de la corte, llenándose de palabras de protección de Omegas, y haciendo este tipo de cosas.

Por un momento llegó a entender por qué los bárbaros querían derrocar al Rey de Tailandia, para ellos los Omegas eran algo preciado, eran una bendición entre sus aldeas, casi adorados como creadores de vida.

Se preguntó quienes era en realidad los bárbaros aquí.

Se durmió pensando en una vida en las colonias bárbaras, donde fuera tratado con dignidad y no como una carga, o un trozo de carne para vender, aunque sus padres siempre lo habían tratado bien, y lo habían amado, pero había tantos omegas que la pasaban mal.

Quizá su lucha no debía ser demostrar que era digno, si no luchar contra los hombres que estaban sobajando a los Omegas y tratándolos como una mercancía, si acababa con ellos, quizá al fin podían tener una vida digna, y ser tratados con respeto.

Sabía que Mew no estaba metido en esto, necesitaba encontrarlo, hablar con él.

***

Gracias por leer ❤️

Disculpen las faltas de ortografía.

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⏰ Última actualización: Apr 12, 2021 ⏰

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