Cap.1 Ella

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Cap.1 Ella

-Si, muy divertido… pero debo dormir- Argumento Theodore Nott inquieto ante los comentarios de sus compañeros de casa, camino a la sala común.

-Anda Theo, siempre de amargado… quédate- Rogo Blasie intentando persuadir a su amigo en una guerra por demás perdida.

El aludido estaba por contestar, cuando Draco ¿Quién si no el?, intervino zanjando el tema.

-Déjalo, algunos no rinden tan bien como otros… - Uso ese tonito déspota suyo que dejaba a la imaginación miles de interpretaciones, y que causo las risitas estúpidas de Pansy y otras dos chicas de dos grados inferiores que se les habían pegado después de la cena.

Theodore Nott no era una persona que se dejara apabullar por cositas como esas, asi que solo se despidió haciendo un asentimiento de cabeza y se encamino al fondo de la sala común hacia su dormitorio el cual era compartido con sus dos "amigos" quienes permanecían en la sala.

Mantuvo un paso calmado y estudiado, justo como le habían enseñado desde que aprendió a pararse en dos pies, pero al tomar el pomo, girarlo y entrar en la habitación, todo cambio. Sus hombros se encorvaron, su cabello castaño se deslizo cubriendo sus ojos, y sus manos temblaban ansiosas, con un movimiento de varita puso el pestillo y en un acto de desconfianza paranoica verifico la puerta al modo muggle como ella le había enseñado…girando el pomo una y otra vez estúpidamente como si dudara de su herencia mágica.

Una vez sintiéndose mas seguro, preparo su cuartada, saco las pijamas del baúl y las coloco sobre la cama, ni siquiera verifico que fuera el juego completo, simplemente saco las primeras prendas que aparecieron, hace un tiempo que no le veía objeto a combinar colores…había aprendido a disfrutar la variedad cromática, influencia de ella claro. Siguió revolviendo el baúl sin mirar sumido en sus recuerdos, hasta que sus dedos se toparon con lo que deseaba, una sonrisa algo débil se plasmo en su rostro y se intensifico cuando coloco el objeto extraído del baúl.

Bajo las leves luces de las velas en el cuarto, ese corcho de botella se veía aun mas antiguo de lo que era, lo acerco a su nariz y cerro los ojos intensamente cuando el olor a cerveza de mantequilla se le impregno en las fosas nasales y escoció el tatuaje que ella y su recuerdo habían dejado en su corazón.

Se levanto del suelo en donde había permanecido durante la búsqueda y tomo las pijamas en la mano libre, tomando dirección al sanitario al fondo del dormitorio, se permitió sonreír realmente al recordar que al día siguiente habría luna creciente y el podría verla a ella, su luna… Se vistió veloz poniendo el corcho sobre el neceser donde guardaba sus cepillos por petición de su madre y lo observo en todo momento mientras se vestía, sabia que era algo estúpido, pero no podía dejar de hacerlo, ese pedazo de madera barata, era su único puente a su lugar feliz. Una vez vestido para dormir, tomo el corcho y regreso a su cama, deposito la ropa en el cesto designado para las prendas sucias, cerro el baúl de una patada y olfateo el corcho por ultima vez, colocándolo debajo de su almohada, junto con su varita después de quitar el seguro a la puerta, apagar las luces y dedicarse de una vez por todas a dormir, o soñar mas bien, por que hace un tiempo que ya sabia la diferencia, y si, todo gracias a ella…

El lado obscuro de la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora