Cap.5 "Amarga libertad"

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-Perdone...-Se disculpo apenado un hombre de mediana edad con el joven que sin querer golpeo tratando de llegar a su almuerzo de trabajo.

-Aja…- Gruño Theo al tiempo que se sacudía el brazo derecho y seguía como autómata su camino, el torpe muggle que había chocado contra el le miro desconcertado unos segundos y después siguió también su camino, Theo se cuestiono un instante si le miro por su extraña vestimenta o por su mala cara, decidió que no le importaba y camino siguiendo el tan conocido camino a ese destartalado cafecito muggle que tanto añoraba.

La campanilla de la entrada repiqueteo alegremente y el hielo de su corazón se derritió un poquito al recordar una tras otra las escenas que se habían desarrollado ahí, que siendo solo tres, eran las únicas para el que significan algo de su vida.

-¡Ícaro!- Saludo sonriente la dueña del local, la Sra. Trey al tiempo que acomodaba su blanca cabellera y se acercaba alisando su delantal, Luna siempre bromeaba diciendo que estaba coladita por el.

-Buen día- Respondió el Slytherin haciendo un intento de sonrisa.

-¿Y Sol? Que raro verte… ¿Están peleados? – Añadió consternada al ver el bastante desmejorado aspecto del chico.

-No, solo esta de viaje… - Contesto el joven mirando la mesa de gastada madera y pasando su dedo sobre un dibujo que el mismo había tallado ahí unos meses antes, en donde se veía la escena de ese cuento que le había contado Luna y de donde provenían sus seudónimos, un chico alado intentando llegar al sol.

-¿lo de siempre? – Cuestiono la mujer compasivamente y se retiro a preparar el chocolate después de recibir una seña afirmativa. No pudo evitar observar al chico en el proceso, sus ojos usualmente brillantes al ver a su rubia y excéntrica novia, ahora estaban empañados y se perdían en la callecita exterior, su cabello castaño ahora era mas largo, casi le llegaba al hombro y era lo único que parecía aun brillante en el, incluso su ropa, aunque impecable, se notaba descuidada, o quizá la palabra correcta sería…triste.

Y es que, asi eran los días para Theo desde que Luna fue rescatada, desolados, malditos… Sabia que era egoísta de su parte sentir eso, sin duda ella estaba mucho mejor ahora, con sus amigos, siendo protegida, no torturada, podría volver a sonreír en poco tiempo, y ahora sin prisioneros que cuidar, el era libre de poder darse algunas escapadas a donde quisiera, justo como en ese momento, pero lo raro era, que aun sabiendo todo eso, el seguía sintiéndose miserable, extrañaba esa celda en la mansión Malfoy, por que ahí podía verla…

Verlo… Era lo único que le había permitido poder seguir cantando, ahora ahí, en ese confortable pero desconocido cuarto, ella solo podía llorar. Se sentía tonta, después de todo sus amigos habían echo todo para poder sacarla, un elfo encantador había dado la vida… pero es que podía fingir ante ellos alivio, agradecimiento, esperanza, y no era tonta, sabia que su padre ahora estaba feliz, y que la querían, pero no podía estar en paz. Lo extrañaba demasiado, incluso llego a pensar que estaba loca, añoraba en sueños las torturas, por que retorcidamente asi, de ese modo tan inusual, por breves segundos podían ser uno, podían sentirse totalmente, y entre el dolor, podía percibir cuanto el la amaba, y estaba segura que el la sentía a ella… y ahora, solo sentía soledad… ansiedad, y ese gusto desagradable, de amarga libertad.

Ambos abandonaron sus recintos, sin saber, que a varios kilómetros, el uno pensaba en el otro, Ícaro añoraba llegar al sol, agitando violentamente sus alas de cera, aun cuando el destino estaba escrito e irremediablemente caería y sería tragado por el mar, pero es que no podía evitarlo, la libertad no era dulce, no era rosa, la libertad es el conocer nuestro camino, nuestras consecuencias, y aun sabiendo que no son favorables afrontarlas, por que es lo que se desea, por que la esperanza engaña… asi es mi querido amigo, la libertad es una delicia amarga, pero es curioso, aun con eso… ¿Cuántos no mueren queriendo probarla?

Este es el cuento de la serpiente… que fue devorado por su amor hacia un águila.

El lado obscuro de la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora