Capitulo 4.

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Nunca le perdonaría que aun habiendo sido amantes, aun habiendo pensado incluso en casarse, no le hubiera dicho nunca que era padre de una niña llamada Kelsey. Sus ojos azul pálido se entrecerraron. Lo único que importaba ahora era su paciente, no la relación que hubieran mantenido en el pasado.

-Mira, antes de que digas nada más, acepto tus disculpas -dijo ella-. Creo tener una idea bastante aproximada del motivo que te ha causado ese nerviosismo.

-Lo supongo -dijo él, dejando de caminar de un lado a otro-. No tenía intenciónde poner en duda tu profesionalidad, ____. Quédate, por favor. ¿Aceptarás a Kelsey como paciente? -preguntó, ansioso por escuchar su respuesta.____ notó la desesperación que había en aquella voz. Recordó lo mucho que había deseado que rogara en el pasado, que le pidiera que se quedara con él.En sus fantasías, siempre terminaba diciendo que sí y se daban un fuerte abrazo para reconciliarse. Pero más tarde aquel deseo se había transformado en un deseo de venganza. Y la mejor venganza en la que podía pensar consistía en escuchar sus ruegos y marcharse después.Sin embargo, las circunstancias eran muy diferentes ahora. No se trataba de una fantasía, sino de algo real. Y sospechaba que negarle sus habilidades profesionales le haría mucho más daño que retirarle su amor. Lo miró. La estaba observando con intensidad. Sus ojos se encontraron durante varios segundos, en silencio.

-____, sé que lo que pasó entre nosotros fue...desagradable.

-Desagradable -repitió ella. Cuando la dejó, todo su mundo se hundió de repente. Y sin embargo, él consideraba lo ocurrido como un simple incidente desagradable. Le parecía ridículo.

-Comprendo tu sutileza -dijo con ironía-. Deberías usarla más a menudo en tus viñetas, porque en general son tan sutiles como una bomba de hidrógeno. Justin suspiró, frustrado. ____ recordó que la frustración siempre seguía a su impaciencia. En el pasado había llegado a pensar que era un síntoma de su inteligencia y de su creatividad, pero después supo que Justin Bieber era un niño mimado,acostumbrado a tenerlo todo cuando quisiera. Y si no lo conseguía cuándo y cómo quería, se irritaba. No había nada romántico en ello. Notaba su frustración y su impaciencia- Supuso que le habría gustado lanzarleuno de sus famosos ataques irónicos, los que tanta fama le habían dado en el mundo de las caricaturas, pero Justin Bieber no la atacó en modo alguno -

-____, es una niña inocente -dijo, intentando disimular su enfado. Pero ____ no reaccionó a sus típicas estratagemas de manipulación.

-____, mi hija no tiene nada que ver con lo que ocurrió entre tú y yo, y no debe sufrir por ello.

-Entre nosotros no sucedió nada. Nos vimos durante cierto tiempo hasta que dejamos de vernos -dijo, negándose a darle importancia-. Estoy segura de que no has pensado en ningún momento que pudiera negarme a atender a tu hija por lo sucedido. Justin la miró durante un buen rato. Y con tanta intensidad que ____ se ruborizó levemente. Tuvo que hacer un esfuerzo para mantener su mirada, pero lo hizo.

-No, no he pensado tal cosa -espetó él al fin- Pero ambos sabemos que hay algo más.

-¿Algo más?

-Algo más entre nosotros.

-Nunca mantuvimos una relación seria, Justin. Estabas tú por un lado, con tu propia vida, y yo por el otro. Nunca fuimos una pareja.

-Por Dios, ____, no juegues con las palabras. Sé que te debes sentir mal por el comportamiento que tuve y...

-No presumas de saber lo que sentí. No sabes nada ni de sentimientos ni de educación. Tal vez por eso tienen tanto éxito tus caricaturas. Tus personajes están tan alejados de la realidad que...

-La realidad es bastante más absurda y perversa de lo que yo pueda ser.____ notó su dolor en los ojos y en su tono de voz. Habría preferido no notarlo,puesto que lo ideal en aquellas circunstancias habría sido mantener cierta distanda emocional. Pero era el padre de una niña que había sufrido un accidente, el padre deuna paciente suya.

-El estado de Kelsey es lo único que me ha traído aquí- dijo ella, con seriedad-. He estudiado su caso y tengo preparado un régimen de ejercicios y un tratamiento que ya han demostrado su utilidad en otros casos similares.

-¿Volverá a caminar?

-Sí-contestó sin dudarlo.-No me refiero a que camine con muletas o con bastón. Ya me han ofrecido esa posibilidad, y no la acepto. Quiero que mi hija pueda correr conmigo, quiero que pueda montar en bicicleta o en monopatín, quiero que pueda enseñarme lo que haya aprendido en clase de baile.

-Ojalá pudiera prometértelo, pero no es posible. Tenemos que centrarnos en el trabajo diario, hora a hora. Se trata de algo que exige paciencia y mucho tiempo,pero...

-¡Tiempo y paciencia! -exclamó furioso-. Tiempo y paciencia. Tú y tus compañeros de profesión os pasáis la vida diciendo eso, pero no tenéis que estar confinados en una silla de ruedas o en una cama. No tenéis que enfrentaros a una hija que llora porque no puede hacer ninguna de las cosas que le gustan. De modo que no me vengas con ese discursito, porque no me lo trago.

-Quieres acción, no palabras. ¿Cierto? preguntó, bajando el tono de voz mientras él lo subía.

-¡Si, maldita sea!

-En ese caso sugiero que cierres la boca y que me lleves ante Kelsey para que podamos empezar a trabajar de inmediato.

La mejor venganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora