____ siguió a Justin por las escaleras, enmoquetadas en rojo, observando la grandiosidad del lugar. Pensó que debían haber talado un bosque entero sólo para construir aquella larga y preciosa barandilla. Miró hacia abajo. El recibidor era mucho más grande que su salón y su comedor juntos. Y del techo colgaba una araña de cristal digna del palacio de Versalles. Antes de poder evitarlo, una sonrisa cruzó su rostro.
-¿Qué es lo que te parece tan divertido? - preguntó él. Le sorprendió que se hubiera dado cuenta. No en vano, caminaba por delante.
-Tu casa -contestó con sinceridad-. Es el sitio más ostentoso que he visto en mi vida-
-¿Siempre eres tan insultante con tus clientes? -preguntó.____ hizo un gesto negativo con la cabeza.
-No, habitualmente tengo mucho tacto. De hecho, la diplomacia siempre ha sido una de mis mayores virtudes.
-Pues ahora brilla por su ausencia.
-En efecto -asintió.Sabía que de no haberse tratado de él, se habría comportado de una forma muy distinta.
-Puede que se deba a tu mansión. Tiene un aire tan extraño que despierta mi aspecto más irracional. Me he sorprendido a mí misma preguntándome si estaba con Justin Bieber o con el rey Luis. ¿O tal vez se trate de una combinación de ambos? En cualquier caso, la decoración es algo que trasciende épocas y países.
-Si piensas eso, será mejor que no te enseñe el jardín japonés de la parte trasera -comentó él con broma-. O me acusarás de haber copiado al emperador Hirohito.____ se detuvo en las escaleras y lo miró.
-¿Sabes que este sitio es...?
-¿Ridículo? -preguntó-. Claro que sí. ¿Cómo no iba a saberlo?
-Pero según la doctora Ellender, se construyó para ti. Luego debiste ser responsable de la decoración. ¿Qué te ocurrió? ¿La crisis de los cuarenta o algo por el estilo?
-Las crisis de los hombres de mediana edad se suelen resolver teniendo un lío con alguna rubia o comprándose un deportivo, no levantando una casa de indudable mal gusto. De todas formas, cumplí los treinta y cinco el mes pasado, de modo que soy demasiado joven para eso.
-No lo sé. Este sitio se parece a ti. Es como si acabara de salir de uno de tus cómics.
-Gracias. Es cierto. Es la clásica mansión de un nuevo rico, que pretende ser elegante y sólo consigue ser pretenciosa. Pero espera a ver los cuartos de baño. No podrás creerlo.
-No lo entiendo. Te burlas de todo, pero debiste dar tu aprobación.
-Di carta blanca a la decoradora -admitió-, y no tuvo reparos en hacerle ciertas sugerencias al arquitecto, como las columnas de la escalinata y el altísimo techo de la entrada. No vi la casa hasta que vine a vivir a ella este mismo año. Y cuando lo hice pensé lo mismo que tú. Que iba a vivir en una casa salida de una viñeta- Supongo que es una especie de venganza, merecida.
-No lo creo. Tus personajes preferirían verte en una cueva, sin agua ni electricidad.
-Y supongo que también sin comida ni oxígeno -añadió con ironía-. Pero no te preocupes, esta casa ya es suficiente tortura. ¿Te has duchado alguna vez bajo un chorro de agua que sale de la boca de un cisne de oro? Al menos una cueva tendría cierta dignidad.
-Supongo que la decoradora era tu novia o algo así, y que vuestra relación terminó en cuanto viste la casa.
-No, esperé un poco más. Pero cuando vi la decoración selvática del dormitorio la saqué de mí vida, Justin sonrió con ironía. No estaba dispuesto a confiarle que la decoradora responsable de tamaño desastre era nada más y nada menos que su tercera madrastra, Nadine Bieber, la esposa de su padre. Haba decidido dedicarse a la decoración de interiores para hacer algo con su vida y Justin decidió darle su primera oportunidad. Pero después de ver el interior de la mansión estaba seguro de que no la habrían contratado en ningún otro sitio.
-¿Decoración selvática? ¡Qué horror!____ estuvo a punto de reír, pero se contuvo a tiempo. De repente pensó que Justin se habría deshecho de su decoradora con tan poca delicadeza como de ella. Por muchas diferencias estéticas que pudieran tener, ambas eran victimas de Justin. Y lo que era aún peor, había estado a punto de conseguir que simpatizara con él utilizando para ello su famoso sentido del humor. Pero no estaba dispuesta a dejar que sucediera de nuevo. Justin notó su cambio de actitud. Sus ojos azules se volvieron fríos y su sonrisa se transformó en un ceño fruncido. Había llegado el momento de que volvieran a sus papeles, él como padre de una paciente y ella como físioterapeuta. Porque cuanto más tiempo pasaba a su lado, más cerca se sentía de ____.No podia permitir que algo así sucediera. Era una mujer demasiado atractiva, y sabía por experiencia que la encontraba irresistible. Había estado involucrado sentimentalmente con ____ Shaw en el pasado y era consciente de las complicaciones que aquello entrañaba para ambos. Dos años atrás, cuando se separaron, lo pasó terriblemente mal. Sabía que le había hecho daño, y el dolor que causó terminó estallándole a él mismo en la cara. Recordó aquellos días oscuros, recordó el vacío y la desesperación, y recordó la rabia que sentía, por haberse enamorado de ella, y porque ____ había dejado que sucediera. Pero aún sabiéndolo no continuó andando, no hizo ademán de alejarse. Bien al contrario, permaneció donde estaba, dos escalones por encima de ____, mirándola. Era un placer para la vista. Sus rasgos eran delicados, con altos pómulos y una boca bien definida y suave. Sus ojos eran de un precioso color azul claro, grandes y expresivos. Y su pelo, ahora castaño, largo y rizado, era tan bonito que ninguna permanente habría podido imitarlo. Tanto que llamaba la atención de todo el mundo,tanto hombres como mujeres.
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La mejor venganza
FanfictionLa fisioterapeuta ____ Shaw tenía que ajustar las cuentas con Justin Bieber,el canalla sin corazón que había rechazado su amor dos años atrás. Pero ahora no tenía más remedio que mantener la calma, porque su última paciente no era otra que la joven...