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No hay nada como comenzar el día en el taller.

 Ya pasaron algunos meses desde el inicio de clases, y precisamente hoy es es último día antes de las vacaciones por las fiestas. Solo por faltar dos días para Navidad, Yukizome sensei nos permitió tener el día libre, lo que es bueno, porque así puedo terminar los toques finales de mi proyecto para la feria escolar.

 Aún falta hacer las pruebas y demás, pero por hoy, creo que bastará con el enchapado, acabado visual y un par de pruebas con los rieles y los imanes que servirán de ruedas.

 Es temprano en la mañana y el frío me pica en la espalda, sin embargo, el calor del motor eléctrico y la soldadora son suficientes para calentarme. El sistema de calefacción se rompió hoy por la mañana, pero los técnicos negaron mi ayuda y definitivamente no quería pasar horas discutiendo, así que me rendí y vine a trabajar al taller.

 En cuanto a lo que pasó medio año atrás, logré mejorar bastante, o bueno, al menos ya algunas personas no deben fingir que les agrado, y yo no tengo que fingir que no me doy cuenta de lo que hacen. Aún no me disculpé con Sonia, pero al menos ya no me odia. Tanaka sigue siendo un idiota: aunque aceptó mis cambios y el que ahora Sonia y yo nos llevemos mucho mejor, aún sigue con su estúpido discurso de 'el Supremo Señor del Hielo' y su enemistad interminable. Logré calmar un poco mis sentimientos por él, aunque aún siento una punzada en el pecho cuando lo veo con Sonia, que suele ser la mayor parte del tiempo.

 Dejo que el suave metal frío del techo del vehículo se deslice bajo mis dedos. Es la única pieza del enchapado que me falta colocar. Luego de soldarla, comienzo con el lijado y las capas de base para la pintura. Como tengo que dejarlo secar, aprovecho para ir al comedor a desayunar.

 Cuando termino mi desayuno, y ayudo a arreglar el problema con la calefacción, vuelvo al taller para seguir con lo que estaba haciendo.

 Esta vez, no soy el único presente: el taller está dividido en dos partes, la de robótica y mecánica y la de tecnología e informática, donde trabaja Chihiro Fujisaki, el programador definitivo de primer año. -Ah, Souda, hola. - Saluda él. -Si no te molesta, estuve viendo los nuevos avances que hiciste con tu projecto, obviamente no modifiqué nada. De todos modos, quería decirte que está genial, me gustaría que alguna vez pudiéramos hacer un proyecto en conjunto. - Él explica, algo nervioso.

 Fujisaki y yo nos hicimos amigos este año, y con el tiempo, surgieron nuevas ideas de proyectos en conjunto. -¡Gracias! Y claro, me encantaría poder hacer algo contigo. Deberíamos preguntar si para el año entrante podemos hacer el proyecto para la feria escolar juntos, sería genial trabajar con alguien genial como tu. - Sugiero animado.

 El día comenzó bastante bien, espero que siga así. Entre charlas y discusiones sobre algo asombroso en lo que podamos trabajar, logré terminar la pintura del auto.

 Retrocedo para ver cómo quedó y la verdad, me asombra el resultado. El color blanco brillante queda perfecto con la tira de luces que instalé en el borde del auto para darle algo de energía, y debo admitir que se ve bastante elegante sin las ruedas ni soportes para estas. Aún tengo que ensamblar los imanes, pero ese trabajo es bastante fácil, solo necesito hacer unas pruebas más y ya podré terminar de armarlo.

 Sin perder tiempo, tomo los imanes y me dirijo hacia la carpa que permite que los rieles que ya instalé donde va a estar mi puesto no se mojen con la nieve.

 Luego de estar durante 10 minutos luchando para alinear ambas partes en sus lugares correspondientes, comienzo a hacer los experimentos necesarios para luego montar todo el auto junto.

 El tiempo pasa rápido y sin darme cuenta ya comienza a anochecer afuera, así que decido volver a la cabaña para relajarme un poco, pero alguien interrumpe mis planes abriendo el portón del garaje.

Las estrellas fugaces.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora