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Un mes después...

El gran baile de la Fundación la cual la família McLaren era dueña se realizaba esa noche, todos en la mansión estaban corriendo para todos lados. Andrés estaba con cara de querer matar a alguien ya que su padre no dejaba de darle ordenes.

- ¿Estas bien? - Preguntó Helena a su hermano menor.

- De maravilla - expresó con sarcasmo - Me volverá loco en cualquier momento.

- Deja de ser tan exagerado, solo está nervioso por la cena de esta noche.

- Como alguien que no tiene corazón puede ponerse nervioso solo por una cena - tocó su barbilla - Nuestro padre solo se pondría nervioso si a sus hoteles le cayera una plaga de algún animal, y servicios sociales se los cerraran solo asi y sabes que? No creo que pase.

Andrés no se callaba nada, y eso era algo que Helena admiraba de su hermano. A pesar de que el menor en si era el.

- Ten paciencia solo serán unas horas - expreso con voz cansada - No creas que con mama es sencillo.

- La verdad no se como es que aún no estamos locos - dijo mirando a los empleados ir de un lugar a otro en busca de alguna cosa que necesitaban sus padres.

- Joven Andrés su padre dice que ya es hora de que se cambié - dijo una de las empleadas - Al igual que usted señorita Helena.

- Muchas gracias.

Ambos se dirigieron a sus habitaciones para por fin ponerse la ropa e ir a ese baile tan farso. Del cuál no querían saber.

- Vaya estas muy linda - dijo Andrés enfundado en un caro traje Salvatore Ferragamo con pajarita negra.

- Tu no te quedas atrás, hoy vas a romper muchos corazones - admitió sonriendo por las expresiones de asco de su hermano.

- Mi deseo es quedarme en casa, sabes como se ponen las viejas amigas de mamá cuando se emborrachan.

Helena negó riendo recordó que la vez pasada una de ellas casi lo besa, a lo que Andrés estuvo como una semana lavandose quince veces al día la boca.

- Paciencia - repitió Helena

Al llegar al lugar donde se realizaría el famoso evento a Helena y a su hermano no le sorprendió ver el derroche de autos caros, personas y luces por todos lados.

- Que ganas de vomitar luces me ha entrado - Helena dejo de ver a los pobres Valet Parking los cuales estaban haciendo una labor estupenda y se fijo en la cara de asco que tenía su hermano menor.

- Tranquilo Andrés solo serán unas horas.

- Mejor antes que nunca - expresó antes de salir.

La gran entrada estaba repleta de personas de la prensa, Helena casi queda ciega ya que los flashes de las camaras apenas la dejaban ver por donde iba. Su hermano quedó atrás hablando con unos de sus tantos amigos.

Helena apesar de ser miembro de una de las famílias más poderosas no tenía amigas muy pocas la verdad, su único y verdadero amigo era su hermano Andrés. Ella sentía que no necesitaba a nadie más.

- Helena querida que hermosa estas - helena se detuvo y fijo su mirada en Gloriet Verdotti una mujer que lo que tenía de hermosa lo tenía de farsa.

- Muchas gracias - dijo lo más amable que pudo.

Gloriet era una mujer la cual no era grata para su família porque hace unos años levantó calumnias « La mayoría ciertas » sobre su madre.

Al ver que Helena no iba a decir una palabra más decidió despedirse y seguir presumiendo.

-¿Que quería esa mujer? -Helena se espanto ante la voz dominante de su madre.

- Simplemente alago mi traje madre.

- Muy bien, anda a la mesa - Helena asintió y se dirigió a la mesa, para sorpresa suya estaba su hermano sentado.

- Vi eso - ella miro a su hermano con interrogación en la mirada - Esa mujer no conoce la dignidad con todo lo que dijo de mamá yo me hubiese largado a la china.

- Andrés...

La velada se torno aburrida luego del discurso hecho por Michael. Todos hablaban de negocios y Helena solo quería un lugar apartado. Su hermano se había ido con unos amigos a saber Dios donde.

- Helena estudiará economía - ella levanto la mirada hacia su padre el cual hablaba con unos de sus socios - Empezará el próximo semestre.

Disculpandose de las personas que allí se encontraban se levantó y salió al jardín, como se suponía el jardín estaba igual de iluminado que toda la estancia. Aunque allí con todas las flores que había daba un aire hasta de magia.

Economía, el simple hecho de verse estudiando aquella fría carrera le daba escalofríos. Su gran sueño sería estudiar para ser una gran pintora. Y aunque día con día soñaba con ello no podía pensar en eso, ella tenía el claro pensamiento de que asistir a Yale sería lo mejor para todos.

- Te acompaño en tus sentimientos - Helena buscó el dueño de la voz, y lo vio a pocos pasos de ella.

-¿Perdón? - expreso al no saber que quería decir aquel chico de mirada penetrante.

- Para ser dueña de una mirada tan triste solo eso pudo haber pasado- se encogió de hombros - ¿Me equivoco?

- Si, bastante la verdad - dijo con voz contenida.

- Dicen que hablar con extraños ayuda para aclarar las ideas - ella quiso dejarlo allí, no quería meterse en algún problema por estar allí con dicho chico.

- Que me garantiza a mi que no irás corriendo a una revista a vender la exclusiva - gruño.

- Lo que te dieron de bonita lo tienes por parte doble de desconfiada - expresó mirándola sin creer lo que ella acababa de decir - No tengo motivo alguno para hacer eso, simplemente me ofrecí.

- ¿Como te llamas? - quiso saber.

- Noah, ¿Y tú? - dijo acercándose

- Helena, tranquilo que no iré a contar la barbaridad que me haz dicho - expresó con coraje.

- Puedes hacer lo que quieras, pero si te digo algo es que no dejes que te corten las alas.

- No soy un ave - él sonrió negando - ¿Te burlas de mi? - preguntó enojada.

- No, simplemente tienes un sarcasmo bastante pobre.

Ella lo miró con atención, sus ojos grises parecían sinceros. Pero como dice Andrés no todo lo que brilla es oro. A juzgar por su vestimenta supo que era un chico que trabajaba esa noche allí.

-¿Haz terminado? - salio de sus pensamientos.

- De... - preguntó por fin

- Haberme estudiado el cuerpo, tengo una marca de nacimiento si quieres te la enseño también, así harás tu estudio completo.

Helena no sabía que responder ante sus palabras, no hablaba mucho con hombres. Esta era una especie de primera vez para ella.

- No eres de hablar mucho - concluyó luego de minutos callados

- No es correcto que nos vean aquí - Dijo mirando alrededor.

- Tienes miedo de ser vista hablando con un mesero? - preguntó enojado - Tranquila princesita, ya me voy.

Helena quiso decir algo pero cuando se armo de valor ya él se había ido.

Noah se marcho no sin antes mirarla de nuevo, aquella joven tenía una belleza genuina.

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