El puño del remanente

18.-Escala IV: hospital

Nota del autor: Ser propietario no es algo que hago. Demandando espero que no lo hagan.

Solo quiero dar las gracias a todos los que siguen leyendo hasta ahora. Continúe con lo que sea que esté haciendo: crítica-constructiva o enojo-disfrute; rabia; incluso quemando pequeños muñecos vudú que podrían parecerse a mí. Y como siempre, siéntase libre de cumplir con las demandas que desee. Ver si puedo encajarlos en los esquemas que he tejido.

Ah, y otra nota: ¡nuevo formato! En lugar de un volcado gigante al mes, el nuevo trato que se intenta es menos palabras, pero cosas puntuales por día más o menos. Vea cómo funciona. Bueno eso es todo. Feliz año nuevo por ahora.

Escalada IV:

Hospital

La juerga que se desarrollaba en la ciudad era una banda sonora inapropiada para Robin. Solo y sentado contra una almohada demasiado grande para ella, tratando de mirar por una ventana que parecía un poco demasiado alta para ella. Había un letargo en ella; una lentitud. Como si nada importara. Y tal vez ella tuviera razón. Su mundo, una vez fresco y libre, ahora no era más que ceniza y madera ennegrecida. Ni siquiera quedaron cuerpos.

No es que mantener los cuerpos de sus padres la hubiera reconfortado. Muerto estaba muerto. Papá le dijo eso hace mucho tiempo.

Allí estaba ella: una huérfana en una cama de hospital, mirando la ciudad, sin esperar nada.

Afortunadamente, Genos fue sustancialmente más rápido.

Hacia el festival en curso que se desarrolla en el distrito residencial, Genos partió de Beacon. Era un borrón brillante que descendía sobre Vale, y justo detrás de él una chica peculiar lo seguía con pasos excitados y anormalmente saltarines. En calles llenas de carrozas de colores vibrantes, decoradas con cabezas infladas de cazadores de renombre, celebridades o símbolos mientras llevaban bailarines y cantantes en carruajes, Genos y Penny eludieron la vista tomando el camino alto hacia los techos. Mientras tanto, las personas de abajo continuaron disfrutando de canciones y alegría sin inhibiciones. Parecía como si la gente se hubiera olvidado por completo de la catástrofe del buque de guerra hace solo unos días con la forma en que se estaban divirtiendo tan descuidadamente ahora, brincando por las calles sin preocupaciones.

Sin embargo, ciertamente no se olvidaron de su salvador recién revelado. Arqueando una ceja al pasar por un flotador de asombroso tamaño, Genos se sintió bastante perturbado cuando descubrió que en la parte delantera de dicho flotador, una réplica completamente fiel de su rostro fruncido era de vanguardia al escenario rodante, con varios cosplayers vestidos como él. bailando encima. No obstante, su sorpresa no lo frenó y se adentró más en el distrito.

Era obvio que toda la ciudad estaba llena de celebración, y en ningún otro lugar esto era más obvio que en los distritos residenciales. Encima de los techos de diferentes tejas y ventanas que solo ofrecían un vistazo estrecho a las casas íntimamente decoradas en el interior, Genos y Penny se lanzaron junto a globos que se elevaban de diferentes formas y tamaños, pasando gritos estridentes que parecían acompañar el ritmo de las eufónicas músicas que sincronizaban en género y estilo a la perfección a medida que los artistas presentaban sus creaciones sobre sus escenarios flotantes sobre la ciudad. Tan embelesados ​​con su propia celebración que la gente apenas notó las dos maravillas mecánicas que adornaban sus tejados.

El rugido de su embestida ahogado por el volumen del desfile de abajo, Genos se lanzó al aire y encontró lo que estaba buscando: el Centro de Bienestar de los Guardianes de Vale, lugar para cazadores heridos y civiles enfermos por igual.

Justo enfrente del distrito comercial, separado por un río flotante, se erigió como la estructura más grande en el horizonte además del Supermall de Big John. Un bloque cuadrado de piedra y vidrio, parecía un búnker en forma de cubo que cualquier hospital. Pero considerando las condiciones de Remnant, esta fue probablemente una elección deliberada.