𐄹 octava parada

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Jisung subió al autobús como acostumbraba, encontrándose a Minho al final del vehículo mirando una foto en su teléfono. Ese fin de semana habían estado hablando bastante, así que ya se tenían algo de confianza uno con el otro. Al menos ya se conocían medianamente.

— Hey, Min.

El mayor alzó la cabeza, sonriendo en cuanto vio a su compañero de bus.

— ¡Sung! Mira, esta es la revista de la que te hablé.— Minho le tendió el móvil, y Jisung miró los pasos de la supuesta revista para hacer amigos que Minho había usado con él la semana pasada.

Oh.

— Honnie, esto no es para "ser" amigos, es para "dejar de ser" amigos.— rió, enseñándole la letra en cursiva que venía en la parte de arriba. El letrero estaba un poco mal hecho, casi transparente, pero se podía leer si te acercabas lo suficiente.

— Eso tiene sentido...

Ambos estallaron en carcajadas al final del bus, llamando la atención de varios pasajeros e ignorándolo completamente. Solo estaban ahí, riéndose del error del mayor.

— Te juro que pensé que era para hacer amigos, Sung.— murmuró, tocándose las mejillas que ya tenía rojas de tanto reír.— Lo siento.

— No te preocupes, es un error que... no todo el mundo comete, pero te lo permito.— rió nuevamente, tocando una de las mejillas de su mayor con su dedo y luego apartándolo.— Con que no me beses, está bien.

— Tienes los labios dulces, así que me tendré que resignar y aceptar tu condición...— echó su cabeza hacia atrás, poniendo una mano sobre su corazón y haciendo como si le doliera en aquella zona. Jisung volvió a reír, golpeando suavemente el hombro de Minho.

Había notado que la personalidad tímida y precauciosa de Minho iba desapareciendo poco a poco con él, y eso le agradaba. Minho le agradaba.

 Minho le agradaba

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