𝐀𝐥𝐠𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐣𝐚𝐦á𝐬 𝐭𝐞 𝐥𝐥𝐞𝐯𝐚𝐫á𝐬| [2] «Cuando dos mundos chocan»

Capítulo VIII:El hombre detrás de la máscara

Sebastian estaba sentado en el sofá, con una botella de cerveza en la mano. Sólo han pasado un par de días desde que se metió en este lío, pero ya habían pasado muchas cosas. Ha estado en una base real de HYDRA, por el amor de Dios. Mientras que la mayor parte de Capitán América: El Soldado del Invierno se basó en lugares reales, ver una base real de HYDRA descolocó a Sebastian. Y realmente vio a este Soldado del Invierno 2.0 que parecía tener poderes irreales. 

Y supo que estaba lejos de haber terminado. Para ser honesto, todavía no ha procesado el hecho de que Robert Downey Jr. estuviera muerto y vivo, realmente no tuvo tiempo de sentarse a pensar. Hasta ahora.

Ahora que lo pensaba, era una tontería que pensara que a Robert no le pasaba nada. Claro, normalmente disfrutaba de la intimidad con su familia y todo eso, pero siempre se reunía con el reparto de los Vengadores de vez en cuando. Y Sebastian sabía que Robert no era el tipo de persona que pierde todo contacto de repente. Hace cuatro años, en la premier de Avengers: Endgame , esa fue la última vez que Sebastian vio a Robert. En realidad no, ya que ese fue de hecho el propio Tony Stark.

Sebastian miró al resto del reparto. Todos ellos lo sabían, incluso el Spoiler-man Tom Holland. Pronto, un sentimiento de traición lo invadió. Sabía por qué el reparto se lo había ocultado, no era tan tonto, pero… eso no significa que no se sintiera excluido, desde que aterrizó en este universo ficticio, ya no tan ficticio, días atrás. Todos los miembros del reparto ya estaban familiarizados con este mundo, mientras que el hecho de que Robert pudiera estar vivo era un shock para ellos. Para Sebastian no lo era. Todavía estaba allí adaptándose, tratando de darle sentido a la verdad.

—…Estás terriblemente callado—, dijo una voz.

Sebastian se giró y vio a Bucky, su contraparte, uniéndose a él en el sofá. Sonrió un poco. Todavía le asustaba ver su cara delante de él, pero seguía apreciando su presencia.

—Tengo muchas cosas en la cabeza—, dijo Sebastián. —Y no he tenido mucho tiempo para entender… este mundo. Hasta hace unos días, todo esto sólo existía en los cómics y las películas. Y ahora, todo es real. Mi amigo muerto, que nunca creí que estuviera muerto, está aparentemente vivo ahora. Casi morimos en una base de HYDRA. Siento que…

—¿…Nada tiene sentido? — Bucky terminó la frase por Sebastián. Sebastian asintió. —Conozco esa cara. Es la cara que puse cuando fui al Smithsoniano para averiguar quién demonios era.

—Supongo que somos similares después de todo—, dijo Sebastian, volviéndose hacia Bucky. —Puedes llamarme Seb. Así es como me llama Chris de todos modos.

Bucky se rió. Sebastian se sorprendió. No se rió tanto durante el tiempo que interpretó a Bucky. Bucky tenía sobre todo dolor y tristeza plasmados en su cara, o también confusión. Normalmente, la felicidad no era una de ellas. Bucky no solía tener muchas líneas o escenas en las películas del UCM en las que Sebastian había actuado (gracias a los hermanos Russo), pero Sebastian sabía que la mayor parte de la felicidad de Bucky había desaparecido cuando se cayó de ese tren.

—Muy bien, entonces, llámame Buck—, dijo Bucky. —No necesito decirte quién me llama así, ¿verdad?

—No, no lo necesitas—, ahora era el turno de Sebastián de reírse. Después de un momento, decidió intentar algo con su contraparte.

— ma bucur ca esti fericit ,— dijo Sebastián en voz baja. — Meriți asta, Buck. Mai mult decât oricine altcineva din lume.

Los ojos de Bucky se abrieron de par en par, más que nada porque su contraparte hablaba rumano de manera impecable. Y no sonaba como algunas líneas de sus películas como Bucky Barnes en su mundo. El rumano de Sebastian era tan natural, como si hubiera hablado rumano a una edad temprana. Entonces, finalmente se dio cuenta de lo que Sebastián le dijo y sonrió un poco.