TUS CURVAS

Buenos Vecinos

Recorro el puente mientras pienso mis palabras al momento de llegar al restaurante, espero en lo más profundo que no me reproche el haber tomado su cajón de ropa interior y meter todo su contenido en la bolsa de basura que pedí prestada a su padre para meter después en la cajuela.

Ahora que lo pienso soy un demente apenas si le conozco y estaré con ella por una semana o un mes dependiendo si este tipo sigue merodeando, esta vez tendré que regresar temprano para poder recogerla, diablos por qué no lo pensé bien, tendré un mes sin ningún tipo de acción a menos claro que cancele juntas y vaya por las tardes.

Estoy estacionado justo afuera de su casa, vaya que el señor Ricardo es una persona de carácter ahora entiendo de donde lo saco Katherine, espero que no haga tanto alboroto.

El solo pensar que su padre me escuchó, amenazó y aceptó que su hija se quedara conmigo en lo que las cosas se calmaran para mi es un gran alivio.

Claro su padre tiene algunos cinturones y fotografías en un ring de box me muestra que esta familia es de un gran carácter, iniciativa y fortaleza, creo poder entender la situación de Katherine, pero aun asi no tengo derecho de opinar nada.

Le veo salir degustando un pastelillo, sus compañeros le acompañan uno de ellos va contando algo que provoca la risa de todos, ella se detiene me ha visto o mejor dicho a visto el carro se acerca.

¿A qué debo el honor de tu visita?

< Dejaré que llegues a casa a darte un baño y después nos iremos

Que??

< Prefieres subir ahora y darte un baño en mi casa, entonces?

No pienso ir a ningún lado contigo Evans, mira agradezco lo de ayer, pero ya no te preocupes lo puedo resolver sola.

< Hable con tu padre, espero no te moleste

Estas demente ?

< Tal vez un poco, sube te llevaré a casa para que hables con tu padre.

Por supuesto que no subió al auto siguió derecho, bajó del auto y le seguí espere pacientemente afuera hasta que ella apareció, en silencio caminamos al auto y le lleve a casa.

Deje claro las cosas, ella dormiría en el cuarto y yo en el sillón, claro que tengo otros dos cuartos, pero ninguno contiene una cama.

Le mostré sus cosas en el cuarto y también en el baño la única tarea que se realizaría eran los platos y esa tarea era mía, siempre pasaría por ella y si no podía debido a contratiempos mandaría a el chofer por ella.

Escuchó atentamente, al terminar mi discurso agradeció y se dirigió al cuarto.

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El silencio siempre es uno de los mayores temores de las personas, muchos de ellos lo evitan con música, llamando a personas o rodeandose de estas.

Tal vez yo sea un demente como ella dice y el hecho de compartir mi casa con una completa desconocida sea un error, aquella paz desaparecerá los fines de semana.

Aun sueño y tengo recuerdos en algún momento del día, quiero saber mas sobre esa chica y también sobre Katherine.

Doctora Mendoza necesito respuestas y el escribir estas cartas me es insuficiente.

EVANS TYLEER LEE...

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