Capítulo Veintidós

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Narrado en tercera persona

Siete días

Siete días sin sangre y la única compañía que tenía eran los gobernantes rumanos. Hubiera estado bien si fuera solo uno de ellos, pero la combinación de los dos la hizo considerar seriamente arrancarse el cabello.

Sabía exactamente qué botones presionar y Will se preguntó cómo diablos se las arreglaron para apoderarse del castillo, se preguntaba si Diego y Bree salieron bien, no es que alguna vez fuera a preguntarle a esos locos que la mantenían prisionera.

Pasaron más días sin ninguna señal de la llegada de sus compañeros y el futuro comenzó a verse un poco oscuro, al menos hasta que llegara alguien nuevo. "¿Bree?".

Bree puso una expresión de horror en su rostro una vez que vió a Will, su ropa estaba sucia y rasgada en algunos lugares y sus ojos estaban completamente negro. "¿Qué te han hecho?"

Will se encogió de hombro "Es más lo que no han hecho, no he comido en una semana. ¿Cómo están todos?" Vió a Bree caminar por la habitación tratando de encontrar algo para apagar el fuego.

"Tú, las dos damas y algunos de nosotros, los guardias inferiores, somos los únicos vivos. Creo que los reyes están trabajando en una manera de recuperar el castillo, pero son buenos para mantenernos alejados de cualquier noticia fuera del castillo".

Will negó con la cabeza hacia Bree "Tienes que irte. Volverán pronto, trata de salir y encuentra a los demás" Vio la vacilación de Bree. "Por favor".

El distante sonido de pasos acercándose los interrumpió, para alivio de Will, Bree corrió. Unos segundos después, Vladimir y Stefan entraron en la habitación. Will los miró como de costumbre, sus sonrisas satisfechas instantáneamente la pusieron nerviosa. 

"Bueno, pequeña reina, ¿Cómo estás encontrando tu estancia aquí?"

"Terrible, incluso peor desde que ustedes dos han vuelto" Ella respondió con una mirada inexpresiva.

Vladimir se rió entre dientes "Me imagino que vivir en un castillo es una gran mejora para ti, me refiero a pasar de un hogar horrible a las calles, solo para luego terminar en un ejército de recién nacidos"

Los ojos de Will se agrandaron, una extraña sensación de terror se apoderó de ella. "¿De qué diablos estás hablando?".

Sus sonrisas se hicieron aún más amplias, no sabía como era posible "No has sido la persona más fácil de encontrar, realmente nos ha costado mucho encontrar información sobre ti, Will Andersen".

Narra Will

"¿De qué estás hablando?"

Stefan camina alrededor del círculo "Sabes, la policía creía que tus padres te mataron. Quiero decir, cómo sabrían que pasaste todos esos años en la calle".

Vladimir contestó una vez que Stefan terminó de hablar "Siempre fuiste buena escondiéndote ¿No?"

Narrador en tercera persona

Mientras hablaban, algunos miembros de los Volturi comenzaron a infiltrarse en el castillo a través de pasajes ocultos.

Los dos gobernantes rumanos sonrieron antes la frustración de la joven reina, que no recordara su vida humana era un hecho sorprendentemente bien conocido, un hecho de que se aprovecharon. "Nos tomamos la libertado de visitar tu tumba, es un lugar realmente triste..."

Will no estaba segura de por qué, pero escucharlos hablar de su vida humana la molestaba. Una parte de ella, muy dentro de ella, quería saber, pero el resto quería que se callaran. La parte que quería que se callaran se hizo más fuerte cuándo recordó todo lo mal que la hicieron pasar esta última semana. Hizo algo que nunca pensó que haría, se abalanzó sobre ellos.

El fuego quemó su ropa la cual ya estaba bastante arruinada. Pilló a Stefan por sorpresa, cada pensamiento racional salió por la ventana cuando comenzó a tratar de destrozarlo, Vladimir la agarró con fuerza por la nuca y la separó de él. Ahora su atención se centró en él, ella lo abordó, envolvió sus piernas alrededor de él y lo inmovilizó contra el suelo, consiguió un buen golpe antes de que la tiraran.

Los pedazos cayeron de su rostro mientras se levantaba, observó para ver que haría y pronto estaba atacando una y otra y otra vez, ella se negó a darse tiempo para descansar y recoger los pedazos que se le caían. Lo único que podía sentir era furia y hambre, y la necesidad de destruir las amenazas provenientes de vampiros mayores.

La pelea fue intensa, las tres partes tenían grietas recorriendo su piel como telarañas. Will luchó por su vida, por todo lo que amaba y todo lo que finalmente había logrado ganar. No había mucho de ella que no corriera por instinto, pero esa pequeña parte no lo hizo, sabía que si no ganaba, todo se acabaría para ella. Había cabreado a los dos ex gobernantes y la conexión de sus compañeros con ella no le ayudó en absoluto, de hecho, empeoró su situación.

Cuando finalmente rompió la cabeza de Vladimir sobre sus hombros, se permitió esperar que todo saliera bien. 

Sin que ellos lo supieran, el resto de castillo también estaba lleno de vampiros luchando.

Caius liberó a Antheodora y Sulpicia del círculo de fuego en el que había estado cautivas, las dos ex reinas estaban menos que felices después de estar una semana en él. "¿Ya habéis encontrado a Will?"

Caius negó con la cabeza "Aún no".

Mientras él y sus hermano atravesaban el castillo, se aseguraron de buscar a su pareja, el sonido del mármol rompiéndose llamó su atención. El ruido había venido de la habitación que se encontraba al final del pasillo y poco tiempo dos vampiros entraron por las puertas.

En pura desesperación, Will se aferró a cualquier cosa que pudiera darle ventaja, ella subestimó a Stefan y él la agarró por el cuello. Lo último que vió antes de que le arrancaran la cabeza fue la desesperación y la furia en los ojos de Caius.

Caius no fue conocido como el rey más sádico y enfadado por nada, había estado en guerras antes, diablos, había ido solo para eliminar ejércitos de recién nacidos por su cuenta antes.

Fue malo no subestimarle.

Con un movimiento rápido, decapitó al hombre que se atrevió a herir a su pareja antes de girarse hacia Will. Le habían arrancado la cabeza por lo que sería fácil volver a unirla, pero le preocupaba como sería su cordura después de esto.

Antheodora le pudo una mano en el hombro. "Caius, tienes que volver a armarla ahora".

Observó mientras él volvía a unir a Will con cuidado, había tanto amor en sus movimientos mientras hacía eso que sintió que se le encogía el corazón. Los había visto a los cuatro juntos, estaba asombrada de lo bien que Will encajaba con ellos, pero también se había dado cuenta de que los cuatro no podían ver eso de la misma manera que los demás. Sulpicia la abrazó con fuerza mientras escuchaba los pasos de los reyes restantes acercándose.

Jane vió con horror desde la puerta cómo le habían arrancado la cabeza a su reina y, por primera vez en años, se sintió realmente culpable por no haber podido ayudar, dejó que Alec la llevara lejos de la puerta.

"Ella estará bien hermana, ayúdame a atrapar las sobras de su 'ejército'"

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