Tragos, notas y sexo

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Sábado 31 de octubre

Halloween

Disfraces

Tragos

Sexy chico caribeño

Sexo salvaje

No recuerdo más.

*10 horas antes, fiesta de disfraces*

Es Halloween y como cliché estadounidense estoy en una fiesta de disfraces. Sola, sin mis amigas, sin conocidos, completamente sola para disfrutar de que nadie me conozca y hacer lo que me venga en gana.

Sentada en la barra improvisada en una esquina de la sala busco con la mirada a mi próxima victima, llevo semanas sin follar y lo único que deseo es una buena polla. Me topo con mi reflejo en el vidrio de la puerta corrediza del patio; llevo un vestido estilo medieval rojo hasta los talones, con volados negros en la cintura y el corset, el cual aprieta mis pechos haciendo que casi salten del disfraz.

Estoy roja, excitada, froto mis piernas buscando aliviar mi excitación pero el no tener bragas lo hace mas difícil.

-Señorita, de parte del caballero de allí- me dice el barman llamando mi atención. Veo a donde señala, un hombre de bronceado caribeño al otro lado de la barra me guiña un ojo, no está nada mal.

Veo el trago, trae una nota. La abro y la leo

"¿Te apetece jugar muñeca?"

Veo de reojo al moreno y lo repaso con la mirada, lleva un disfraz de bombero que no deja mucho a la imaginación, su pecho descubierto dejando ver unos perfectos abdominales junto con brazos marcados y no tardo en mojarme de tan solo imaginar como se sentiría que me ahorque con ellos. La parte de abajo consiste en un ajustado pantalón estilo bombero.

Le pido al barman una lapicera y escribo en la servilleta

"¿Te apetece follarme duro?"

El barman la lleva y no tardo en recibir de nuevo el papel

"Vas a decirme que llevas debajo de ese vestido"

Dominante, joder como me pone. Escribo de nuevo

"¿Por qué no lo descubres?"

Se la doy al barman y me levanto sin mirarlo, subo las escaleras de la casa hasta entrar al baño que hay al final del pasillo, es amplio y un tanto lujoso, jodidos niños pijos.

El ruido de la puerta llega a mis oídos y sonrío sabiendo que es él.

-Con que desobediente eh? - Le sonrío por el espejo y el se pega a mi espalda, puedo sentir su erección en mi espalda baja y mierda que es grande.

-Te dije que debías descubrirlo tú- Susurro y tomo su mano, llevándola por debajo de mi vestido. Las subo lentamente, jugando con mi muslo interno y lo suelto antes de llegar a mi zona intima. El sigue subiendo su mano despacio, marcándome con sus uñas hasta llegar a mi centro, pasa los dedos superficialmente, tanteando mi humedad y abriendo mis labios despacio, esto es una jodida tortura.

-Chica traviesa, no llevas nada- Me susurra al oído, su aliento golpeando mi oreja y sus labios chupando y mordiendo mi lóbulo no me dejan contener el primer gemido.

-Estas tan mojada- Me masturba con sus dedos, apretando y soltando mi clítoris, mezclando entre un leve dolor y un gran placer, de repente mete dos de sus dedos en mi interior haciendo que pegue un salto de la sorpresa, a este punto mis gemidos resuenan por todo el baño y el no para de chupar mi cuello.

-¿Quieres que te folle muñeca?- Asiento, estoy a punto de correrme y quiero que me empotre de una puta vez.

-Quiero que me lo pidas, ruégamelo-

-Por.. por favor- digo con la voz entrecortada por el movimiento de sus dedos en mi interior, cuando siento que mete un tercer dedo y con su pulgar sigue masajeando mi clítoris.

-¿Por favor que?-

-Por favor follame- grito sintiendo el espasmo que azota mi cuerpo por el orgasmo.

Comienzo a bajarme el vestido para seguir pero me sujeta ambas manos en mi espalda y me toma del cuello -Voy a follarte con ese lindo vestidito tuyo muñeca- su voz ronca en mi oído se escucha tan bien que no necesito más para volver a estar húmeda en segundos.

Veo como arranca uno de los tiradores del traje de bombero y ata mis muñecas en mi espalda, me lleva contra el lavabo y me empuja sin cuidado alguno hacia abajo y mis pechos quedan apretados contra el frio mármol. No puedo verlo pero siento como se agacha pegándose a mi cuerpo y me abre las piernas

-Te gusta que te den duro no muñeca? Que te folle cualquiera en un baño que ni conoces como a una guarra- en otro momento le hubiese dado vuelta la cara pero ahora sus palabras solo me ponen mas caliente.

-Más, quiero que me hables sucio- gemí moviéndome hacia atrás, ansiosa por el contacto

-Voy a follarme ese coño que chorrea por mi y tu vas a gemir como la zorra fácil que eres ¿me entendiste?- su mano aprieta mi cuello mientras rompe mi vestido, dejando mi culo al descubierto. Un golpe seco se escucho y yo gemí de dolor por la nalgada, no me lo esperaba pero aunque me doliera podía sentir como la humedad bajaba por mis piernas

-Cuando yo pregunto me respondes- Otra nalgada y otro grito mío, ya no sabía si era de placer o de dolor.

-S.. si señor- dije a la vez que me daba otro golpe, estaba segura que mañana no iba a poder sentarme.

Escucho como rompe el sobre del preservativo y pasa un segundo en el que imagino como se estará viendo su polla mientras se desliza el condón. Su mano acaricia mi adolorido trasero y siento su pene en mi entrada.

-No sabes lo hermoso que se ve tu culo rojo por los golpes muñeca- iba a responder cuando entra de golpe en mi interior y no controlo el gemido que se me escapa, es grande y sentir como empieza a moverse en mi interior es increíblemente placentero.

Deja los juegos y empieza con las embestidas salvajes, duras y rápidas, siento como tira de mi cabello y me levanta, me pega a su torso y destroza mi corset dejando mis pechos en un vaivén de saltos. Con una mano en mi cuello me sujeta para ver el espejo y con la otra amasa mi pecho -Míranos, mira como te follo- su voz en mi oído, sus penetraciones duras, el reflejo de como me sujeta mientras mis pechos saltan y como se mueve en mi interior es suficiente para que llegue otra vez a la cúspide de mi orgasmo, a la vez que siento como se descarga en el preservativo.

Deja caer la cabeza en mi hombro y sale de mi interior, me desata y se separa de mi, veo como se acomoda el traje de bombero y me guiña un ojo mientras sale por la puerta -Fue un placer muñeca- dice cerrando la puerta.

Me apoyo contra el lavabo intentando digerir lo que acaba de pasar, he tenido posiblemente la mejor noche de sexo de mi vida.

Acomodo mi pelo lista para salir cuando me veo en el espejo

-Hijo de puta- mi corset esta destrozado, el cierre hecho trizas y ni siquiera llevo sostén, me doy la vuelta y veo el gran tajo que va desde mi culo al final del vestido. Tengo el culo rojo y ahora que el efecto post-orgásmico está pasando comienza a dolerme como la mierda, supongo que estaré parada mañana.

-Con lo que me gustaba ese vestido- digo haciendo un puchero al espejo. 

Deseos carnalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora