Corpse bride |SeokTae|

01

—Es un hermoso día.

—Sí, lo es.

—Un hermoso día para una boda—la
señora Jung sonrió ampliamente.

—Amor, es un ensayo—corrigió el
error de su esposa—, es solamente un
ensayo.

—Bueno, ensayo, ensayo—rodó los ojos—. ¿En dónde demonios está ese inúil?—se giró, buscando a su hijo con la mirada.

—Aquí estoy, madre.

—Por fin, Jung Hoseok. Ya era hora.
Anda, vamos que llegaremos tarde.

Hoseok suspiró sonoramente y siguió a sus padres, hasta llegar al auto negro que se encontraba estacionado frente a su casa.

Saludó al chófer de la familia e ingresó al vehiculo, sentándose junto a su padre.

—Anda, Hyunwoo. Puedes arrancar—escuchó como su madre le hablaba al chófer.

—¿Nervioso, hijo?—le preguntó su
padre una vez que el vehículo se puso en marcha.

—No estoy nervioso. Estoy preocupado.

—¿Por qué?

—¿Y si no me llevo bien con ella? No la conozco, podríamos no llevarnos bien. No hemos hablado nunca.

—Por lo menos tenemos eso a nuestro
favor.

—¿Qué tenemos a favor, Ying?—le preguntó Hakyen a la castaña.

—Tenemos a nuestro favor el hecho
de que Hoseok nunca a hablado con
Sooyoung—respondió ella.

—¿Por qué lo dices?

—De lo contrario, él la habría
espantado y no nos encontraríamos
yendo al ensayo de su boda.

(...)

—Es un día horrible, realmente horrible para una "boda".

—No seas así, Chul.

—¿Cómo fue que llegamos a este
punto?—preguntó Chulmoo con molestia—. Estamos por permitir que nuestra hija se case con gentuza-negó con su cabeza—. Esto no podría ser peor de lo que ya es, Kuyng.

—¿No pudo ser peor? No estoy de
acuerdo—dijo con suavidad—. Estamos en la quiebra, y ésta boda podría ser nuestra única salvación. De lo contrario, terminaremos viviendo en la calle.

—Eso es cierto. A veces uno debe hacer sacrificios para progresar.

(...)

—¿Por qué tiene esa cara de
preocupación, pequeña Sooyoung?—preguntó la nana, mientras subía el cierre del vestido rosa de la joven.

—No sé cómo resultará esto—respondió—. Él y yo nunca hemos hablado—suspiró sonoramente—. ¿Y si Hoseok y yo... No nos gustamos?

—¡Tonterías!—Sooyoung se dio vuelta al oír la voz de su madre. Y la vio
parada en la entrada de su habitación,
junto a su padre—. ¿Gustar? ¿Tú crees
que tu padre y yo nos gustamos?

—Bueno, creo que... Un poco—dijo con duda.

—¡Claro que no!—respondieron
Chul y Kuyng al unísono.

Sooyoung negó con su cabeza.

—Nana, quiero que el vestido le quede bien ajustado—ordenó su madre—. No quiero que hable porque va a espantar a ese muchacho.

(...)

Kuyng y Chulmoo se posaron frente a la gran puerta de su mansión y vieron como su mayordomo se encargaba de abrir la misma con cuidado.