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"KANAE KOCHO"




Kaede observó la enorme puerta ante ella, era enorme desde su perspectiva, tenia unas curiosas flores lilas que tenían buen aroma, y que la chica no conocía su nombre.

¿Entro? se pregunto, ¿Qué debería de decir?

"Hola mi familia murió por un monstruo y un chico rubio me dijo que aquí podría tener respuestas"

Kaede sacudió la cabeza sacando esos pensamientos, nadie le creería, ni siquiera su tía lo había hecho.

Después de aquel día su tía, de parte de su padre, la había dado un hogar y cuidaba de ella.

-Tu padre era muy sobreptotector, ya deberías de estar casada. -Musitó su tía desaprobatoruamente mientras le ajustaba su kimono. -No te preocupes buscaremos pronto unos buenos pretendientes, aún estas en la edad.

A Kaede nunca le agradó del todo su tía, pero ahora era la única familia qué le quedaba, no tenía mucha más opción qué escucharle.

Extrañaba a Mina quien era la que la ayudaba a vestirse, extrañaba a su hermana mayor verificando que estuviera haciendo su tarea, extrañaba a su padre sobreprotector, a su madre qué siempre la peinaba.

Extrañaba a su familia.

-Mi padre dijo que podía esperar todo el tiempo que quisiera...-Susurró la chica en respuesta a las réplicas de su familiar.

-Bueno, pero alguien debe de cuidar de ti y debes de formar una familia...-Su tía había empezado a parlotear muchas más cosas de los deberes de una mujer que Kaede simplemente había dejado de escuchar.-Es el deber de nosotras como mujeres, claro que hay mujeres que no escuchan y terminan todas raras, como en aquella finca, creo que se llama mariposa es un lugar extraño, no te acerques mucho...

Finalmente algo en su cabeza hizo click.

Ve a la finca mariposa, busca a Kanae Kocho

-¿Donde está eso? -Preguntó Kaede saltando de su lugar para mirar a su tía.

-Te estoy diciendo que no te acerques, hay demasiado movimiento en ese lugar...-Su tía negó con la cabeza. -Ahora ayúdame con las compras...

Su tía ya no quiso hablar del tema, pero Kaede no lo dejaría pasar, ahora tenía una pista, y si su tía no se la daba estaba segura que las personas de aquel pequeño pueblo si se la darían.

Y en efecto, a la pelirroja le dieron indicaciones de como llegar, había sido cansado, pero finalmente había podido llegar al lugar.

Estaba en lo alto de una montaña, casi le recordaba a su hogar.

Ahora la puerta frente a ella se hacia cada vez más grande y ella se sentía diminuta ante ella.

-¿Buscas a alguien? -Kaede se sobresaltó por la voz a sus espaldas.

-A-ah... -Soltó nerviosamente la pelirroja. -¡Si!

La pelirroja quiso darse una enorme palmada en la cara por lo idiota que debía de sonar y se sonrojó de pies a cabeza. Kaede entonces observó con mayor tranquilidad a la chica que estaba detrás de ella y que había soltado una pequeña risa por su nerviosismo.

Strong | Rengoku KyojuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora