Googie y Tata♡ Kooktae/Taekook

♡Celo de Tae pt1♡

Como es bien sabido de lxs híbridos felinxs y de todas las especies existe el llamado "celo"
Un periodo donde están totalmente convencidos de querer procrear con su ser amado, desear tan profundamente el coito que su mente se nubla y son inconscientes de todo acto, ahora bien, la pareja del híbrido está totalmente presente y se hace responsable del celo de su amante, claro que el celo nunca se sincroniza, siempre ocurre una vez cada seis meses y para ello se les suministra anticonceptivos, tratamientos y demás para evitar la sobrepoblación.

Y a Kim Taehyung le llegó el celo en pleno diciembre, Ggukk y él habían hecho muchos planes para visitar a la familia de ambos, sin embargo, iba a ser imposible debido a la condición de Tae.

El felino se paseaba por la cama donde estaba su novio, recién terminaban de tener sexo en la sala y ahora lo había ido a buscar al dormitorio.

- Ggukie~ - Llamaba mientras se frotaba contra las sabanas y meneaba su cola en la cara del otro.
Su cara se acariciaba con la seda de la tela, su culo quedaba empinado y meneaba las caderas.
- Tata, pensé que el conejito era yo - Un chiste acerca de su libido, Tae soltó una risita mientras se acercaba.

Tomó la laptop de Googie y la cerró mientras se acercaba a sus labiales, respiró muy cerca de él, mientras sentía ese calor rodeando su organismo.

- Hueles delicioso, mi amor - Admitió el pelinegro mientras deslizaba sus manos a las curvas del opuesto.
Sus labios fueron al cuello felino para enbriagarse con el aroma y desear profundamente dejarle una marca.

- Googie~ - Ronrroneó sintuendo esos suaves besitos en sus hombros.
- Googie~ - Llamó nuevamente con esa necesitada voz.
— Tengamos 2, no, mejor 4 conejitos~ — Lamió dentro de su oreja. Las manos de Gguk se adentraban en esa ropa interior de encaje que había estado usando durante todo el día, sin ninguna prenda más, todo el día follándole solo con esa pieza.

Se sentó en su regazo mientras amenazaba con quitarle la ropa otra vez.

— Vamos... Ggu-kie — Susurró llevando su pecho a la boca del otro para que jugara con sus pezones.

Gguk acercó su cintura para besarle los pechos como tanto deseaba, su lengua jugaba con el rosado botón mientras el felino disfrutaba sonoramente del roce frío de sus dientes.

- Solo eyacula en mi Ggukie, yo llevo a los conejitos — Lo estaba persuadiendo, por cuarta vez en el día. Siempre se venía dentro de el, pero Jungkook se hacía responsable dándole medicación, debían hablar de aquello en sus 5 sentidos

— Mi amor — Le acomodó el fleco, — Siempre lo derramo dentro — Le recordó, Taehyung sonrió complacido, con esa linda mueca de victoria, sin saber que no ganó realmente.

— Pero... Ggukie, quiero asegurarme — Le pidió, el hibrido de conejo levantó una oreja — Hagámoslo de nuevo— Le besó los labios, tomandole del mentón y frotándo su culo contra la entrepierna.
— Mételo de nuevo hasta que no te quede una gota — Deslizó la tela a sus nalgas dejando ese sucio orificio al aire.
Tenía semen de Jungkook desde la mañana en la q comezó a sentirse caliente, como con fiebre, pero mejor.

Estaba baboso y lubricado, Jeon solo tenía que entrar y hacerlo suyo una vez más en el dia.

— Usame para tu polla, amor — Jadeó — Mmmh, amo tenerla dentro — Admitió mirandole a los carbonados y profundos ojos, totalmente oscuros ante la dilatacion de su pupila. El chico lamia su labio, viéndole con deseo e inmesas ganas de follarlo.

— Mételo, cariño, yo hago el resto — Ordenó Jungkook, saliendo finalmente de su trance, Tae sonrió y cerró los ojos lento para besarle con pasión.
Su lengua ingresaba a la cavidad provocando deliciosos chasquidos.

Al tiempo que con su derecha alineaba la polla que entró con facilidad.

— Estas- tan abierto — Gimoteó el Conejo — Tan delicioso — Mordió su cuello con irrumpido control.

— NYaaa~~ — Chilló al sentir los dientes en su piel y el falo embistiendo con fuerza.  — Para~~ Gguk-kie, para un segundo — Abrió sus ojos con miedo.

Gguk salió de su trance y quitó los dientes con precaución.

Las dulces feromonas de Tata lo habían enloquecido. Miró el dulce rostro de su gatito, con lágrimas en los ojos y un puchero tembloroso.

— ¿Qué ocurre? — Preguntó el lindo conejo, acariciando a Tae

— Creo que me anudaste — Su voz, profunda y con algo de dolor.