FORRA ||Mateo Palacios||Terminada||

Capítulo 71

Maratón 2/3

Narra Roma:

Roma: ¿Te vas? -pregunté mientras veia como sacaba las maletas y él asintió.

Valen: Sí, tengo que hacer un par de cosas -respondió.- Chau, que la pasen bien. -dijo despidiéndose.

Roma: Chau -respondí y Mateo se despidió con la mano.

Mateo agarró sus maletas y entramos a la casa, que como mencioné antes era mía.

Roma: ¿Queres algo para tomar? -pregunté.

Mateo: Un jugo -respondió y asentí.

Fui hacia la cocina y agarré un vaso para luego servir el jugo. Volví a la sala y le entregué el vaso, mientras me sentaba al lado suyo.

Mateo: ¿Estás bien? -preguntó de repente tomándome desprevenida.

Roma: Sí, ¿por? -respondí cómo si nada.

Mateo: No sé, te noto rara -dijo haciéndo una mueca.

Roma: Simplemente estoy cansada -susurré.- Y... ¿Te vas a quedar acá? - pregunté cambiando de tema.

Mateo: No sé, ¿querés que me quede? -preguntó con una gran sonrisa.

En estos momentos me hubiera puesto nerviosa, o incluso roja, pero no fue así... era raro. ¿Porque de repente sus palabras no causaban efecto en mí como antes?.

Roma: Si queres quédate, no sé... -respondí y al parecer se sorprendió por mi respuesta.

Creo que notó que sus palabras no me causaron nervios ni nada... Aunque espero que no lo haya notado.

Mateo: Me voy a quedar -dijo y sonrió.- quiero estar con mi novia todo el tiempo posible antes que me vaya.... -acotó feliz y me atrajo hacia él haciendo que quede encima de el.

Roma: No vamos a poder estar todo el tiempo juntos... -susurré y él puso una expresión de confusión.- tengo que ir a la universidad

Mateo: Ya sé, pero te puedo llevar y traer como siempre -respondió.

Cuando Mateo no estaba de gira siempre me acompañaba a la universidad, e incluso me esperaba cuando terminaban mis clases, era un buen novio...

Roma: ¿Cuanto tiempo te vas a quedar? ¿Un día... o dos días? -pregunté escondiendome en su cuello.

Lo normal eran dos días, siempre hacia esa pregunta esperando que sean más de dos días, sin embargo nunca recibí la respuesta que esperaba... Que ingenua ¿no?.

Mateo: Dos días... -susurró.

Y otra vez me decepcione, la misma respuesta que siempre... aunque siempre respondía lo mismo, cada vez que lo escuchaba dolía, tanto que me daba bronca ser tan débil.

Roma: Que bien -dije mirandolo fingiendo una sonrisa para que no se preocupara.

Y así fue, no dudó de mi sonrisa y él también sonrió.

Me agarro la cara delicadamente y juntó sus labios con los míos. Aunque el tenía la intención de darme un beso dulce... no era así, ese beso dolía en el fondo de mi corazón.

Y nisiquiera podía decírselo, y se preguntarán...¿Por qué no? Porque si lo hacia Mateo era capaz de cancelar toda su gira. Pero no podía ser tan egoísta como para dejar que haga eso.

Esta era una etapa muy importante para su carrera, se daría a conocer al mundo, ganaría fama, pero si él cancelaba eso su carrera podría finalizar ahí. Seria como un artista que estuvo en el top y se esfumó como la espuma...

Roma: Voy a preparar algo para merendar -dije levantándome y llendo a la cocina.

Mateo: ¿Te ayudo? -preguntó y negué.

Minutos después ya había terminado, y él ya me esperaba en el comedor.

Acomodé la mesa y me senté,

(...)

23:38 pm....

Después de cenar y todo lo demás, nos encontrábamos en la sala mirando una película.

Estábamos acostados en el sillón Mateo estaba arriba mío abrazando mi cintura, mientras yo acariciaba su pelo, sabía que a él le encantaba que hiciera eso.

Mateo: Roma...

Roma: hmm -respondí.

Mateo: T-te quiero... -susurró mirándome.

Quedé en shock y paré de acariciar su pelo, ¿Por qué de repente decía esto?. Lo miré y parecía nervioso, y ansioso ya que se mordía el labio.

Y segundos después...

Roma: Y-yo también -susurré y al instante se le formó una sonrisa.

Sí, yo también lo quería pero... ¿Podría resistir por él este dolor en mi pecho que dolía tanto cada vez que lo veía?.

Sin darme cuenta ya tenía a Mateo atacando mis labios, y acepté cada uno de sus besos. Se posicionó mejor arriba mío sin aplastarme, y seguimos así por un buen rato.

Sabía qué venía cuando sus besos continuaron en mi cuello, y derepente paró, se levantó y quedé confundida.

Mateo: ¿Estás segura que queres...? -preguntó y asentí, y el hizo que me pare con una sonrisa.- Vayamos arriba -susurró.

Y me levantó, enrolle mis piernas en su cintura mientras lo besaba, y él subía las escaleras.

Mateo: Estas más liviana que la última vez, ¿estuviste comiendo bien? -preguntó separándose de mis labios.

Roma: Simplemente baje un poco de peso -respondí y asintió algo dudoso.

Seguimos en lo nuestro hasta que llegamos al segundo piso.

Reí cuando se equivocó de habitación.

Roma: Es al fondo -dije y reí de nuevo.

Mateo: Perdón... -susurró y volvió a besarme.

Cuando al fin entramos me bajó con cuidado y me tiró a la cama delicadamente... Las prendas desaparecían una por una, y aterrizaban en cualquier parte del piso.

Tenerlo conmigo me encantaba, era un momento único entre los dos. Y parecía que la noche era larga, nos entregamos piel a piel, y solo la luz de la luna nos alumbraba....

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