Llegó el monstruo de Frankenstein a la hacienda del alcalde de Transilvania y tocó a la puerta. Antes de que el impresionado señor diga una palabra, el monstruo le dijo:
- ¡Vengo a pedir la mano de su hija!
- ¿Pero qué, no lo sabe? Mi hija murió hace tres días.
- Es que antes de que ella falleciera, noté que tenía una manicura divina y no quiero que se eche a perder.
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Relatos Cortos
Fantasy¿Qué tienen en común un dragón, la Muerte, doña Mary y Frankenstein? No mucho, pero si tienen una historia en mi mente qué contar, aquí la pondré. Si se les ocurre algún personaje al que le pueda hacer una pequeña historia, no duden en enviarme un m...