1. Solo juegos

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Claro que se escuchaban más ruidos, pero el chocar de sus tacones era el sonido detonante. No todos, pero sí la gran mayoría la observaban. El viento estaba en cada rincón del pasillo, pero solo fue su cabello al que acomodó graciosamente. Caminaba como si el suelo hubiera sido hecho para ella, los demás caminaban apresurada y torpemente, chocando unos con otros, parecía casi imposible no pisarse entre pies y a pesar de toda la gente que había, ella era el centro de atención, y le encantaba.

¿Temor a su casa o amigos? ¿respeto ante ella? ¿acaso era la impresión que causaba? Al cuerno con las razones, cada que ella pasaba hacían leves, casi imperceptibles apartaciones para que pudiera pasar libremente, a simple vista no se notaban, pero Pansy era la única que no se tenía que escurrir entre compañeros para poder pasar.

Y pasó lo ilegal.

Abrió los ojos enojada y estiró la boca con desprecio, ni siquiera se había molestado en ver aún quien era, y en cuanto lo hizo quiso reír por la obviedad. La raja en la cabeza de Potter le afecto tanto que su cerebro no le permitía caminar decentemente.

Snape no solo se había molestado en ponerle un 5 en el trabajo, sino que además se tomó la molestia de hacerle unas observaciones: "¿Acaso eres estúpido?" "Veo que no importaba ponerle atención a mi clase" "Esta respuesta es tan mala que incluso le bajaré puntos a tu casa" "JAJAJA" sin quitar los ojos de la hoja siguió caminando, todos los pisotones y rozones parecieron no importar después de pedir una disculpa tartamudeada. Pero cuando chocó de frente con alguien y su trabajo toco el piso, fue hasta entonces que se sintió apenado por su desconsideración y tuvo que alzar los ojos para pedir una disculpa a esa persona, por Merlín que lo iba a hacer, "lo sie..." fue todo lo que salió de él antes de callarse atropelladamente. ¡Ella venía de frente! Bien lo pudo ver y moverse, ella tenía que disculparse, su mueca de asco penetrándole el rostro fue todo, ganas no le faltaban de decirle algo, no sabía qué, pero hacerle ver lo desconsiderada que era, resopló, no quería empezar algo, soló volteó los ojos y miro al suelo.

Pudo ser pequeña la acción, pero ella no se iba a quedar con la última, encontró primero la hoja que se le cayó a Potter, pasó a su lado dándole un intencionado golpe de hombros, que con la fuerza hizo que volteara para verla pisando su ensayo.

Y así se fueron desatando guerrillas silenciosas, si Pansy le echaba su cabello a la cara él la empujaba, si ella le daba un codazo él no la dejaba pasar. La última fue victoria de ella, con un pisotón que hasta hizo que Harry lanzará un leve quejido, apenas Mcgonagall dio la clase por terminada recogió rápidamente sus cosas, ni le dio tiempo a Hermione para preguntarle a donde iba, él ya había abandonado el salón. Aún con el corredor abarrotado la encontró sencillamente, ella destacaba, pero no estaba sola, venia con Malfoy y Nott. La frustración en Harry se hizo presente, solo la pude molestar si va sola.

No iba a hacer nada enfrente de esos imbéciles, se pondrían como perros por molestar a su amiga, además le gustaba ver como ella reaccionaba cuando estaba sola, cuando estaba con sus amigos solo lanzaba insultos o decía lo primero que se le venía a la cabeza, pero cuando estaban solos, ella sin decir una palabra lo hacía enfadarse, cuando pensaba que por fin ya habían terminado con sus juegos ella dejaba caer agua sobre sus pergaminos o le pegaba un chicle en el cabello. Disfrutaba ver como reaccionaba ¿Para qué mentir? Podía ver sus pequeños tics que tenía, como el parpadear dos veces después de que la tomaba desprevenida y como se oscurecían sus ojos de odio al ver que era él, sus delgados labios que se alzaban mostrando desagrado sin enseñar sus dientes. Era como su droga, después de hacerla enfurecer se sentía pleno, incluso cuando ella lo molestaba a él porque sabía que si lo hacía él podría hacer lo mismo al día siguiente.

Pero hoy no la dejaron sola, la acompañaron de una clase a otra, de salón al comedor y del comedor a otro salón. Y cuando dijo que era como su droga era cierto, ya hasta sentía los síntomas de abstinencia y deseó con tantas fuerzas que Malfoy y Nott desaparecieran, el solo ver sus estúpidas caras ya era motivo para desearles la muerte, tan despreocupados, platicando y riéndose, mientras él no podía ver a Parkinson ¿Parkinson? ¡No esta con ellos!

Corrió como desesperado por toda la escuela, no sabía cuánto se tardarían ni que tan lejos estaba con certeza, era la hora de la comida así que no estaba en ningún aula ¿Biblioteca? Poco probable, sin saber hacia dónde corría seguía pensando cuando se le ocurrió ¡El baño! Dobló por el corredor y la vio caminando de regreso, no había nadie, perfecto, y sonrió como cazador viendo a su presa.

Venía viendo su falda, estúpido Draco, más le vale que el jugo de melaza no deje una mancha, entonces sintió que alguien se paró frente a ella, tenía que ser Potter, por mucho que le divirtieran este tipo de jueguitos debía volver para ir a su clase pronto, se hizo a un lado y Harry la imitó, hicieron lo mismo un par de veces hasta que fue obvio que no la dejaría en paz.

-Ya déjame pasar cara rajada-

Esta era la primera vez que hablaban entre sus riñas.

-Tus amigos te acapararon todo el día, tengo que recuperar el tiempo perdido-

-Tengo que llegar Potter-

Dio un paso a la derecha y Harry hizo lo mismo, ya no le estaba haciendo gracia, un paso a la izquierda, él volvió a bloquearla y camino un paso, estaban cerca, frente a frente.

-Molesta cuando no eres tú la que lo haces ¿cierto? – dijo viéndola a los ojos

-Lo dices como si tus bromitas fueran tan pesadas, lejos de molestarme me da risa verte haciéndote el malo, lo único que me desagrada es que estés tan cerca, tu hedor a mestizo me da nauseas, apestas a tierra y sudor-

-Y tú a melaza y flores corrientes-

Estaban cerca, tan cerca que podían sentir la respiración del otro

-Me sorprende que aun puedas distinguir lo corriente después de tener amigos como la comadreja y la sangre sucia-

De repente se empezó a poblar el pasillo por el inicio de la próxima clase, y por fin Pansy pudo escapar.

Harry sonrió. Ella ganaba esta vez.

Ojos negrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora