Por fin me dí cuenta de la verdad: ¡en mis manos estaba la solución! Si yo me convertía en su mundo y su razón de vivir entonces mamá sería feliz de nuevo. Seríamos felices juntas como madre e hija y todo sería maravilloso.
A partir de aquella noche fue que me propuse cambiar. Debía ser mejor que Michel para que mamá me quisiera a mí y que pensara sólo en mí. Yo lo sería todo para mamá. Tenía que hacer lo que fuera necesario para lograrlo.
Hacer eso suponía un cambio enorme en todos los aspectos pero no era momento de ser débil, tenía que ser fuerte y lograrlo por mamá... para demostrarle mi cariño y que ella por primera vez estuviera feliz a causa de mí.
Me miré al espejo y observé mi imagen para ver por dónde debería empezar mi gran cambio: todo estaba mal. Comparándome con Michel, debía corregir mi cabello revuelto, mi obesidad, la ropa vieja, mi rostro con acné, mi personalidad estúpida, mis hábitos... básicamente todo.
Intenté arreglarme mejor y ser como mi hermana. En el fondo del armario guardé mis shorts y mis camisetas junto con mis amados tennis. Con el dinero que ganaba en mi trabajo de medio tiempo fui comprando vestidos, maquillaje y tacones.
Tratar de lucir linda era más difícil de lo qué imaginaba: no encontraba ropa bonita de mi talla y no tenía idea de como combinarla. Maquillarme bien así como Michel fue básicamente imposible, además me resultaba tan complicado hacerme el más básico de los peinados. Lloraba de frustración al no poder ser tan bonita y agradable como Michel. Probé muchas dietas y ejercicios pero nada de eso funcionó. Tenía que ser mejor que Michel pero no estaba resultando.
Unos meses después luego de intentarlo todo, me sentía tan frustrada, enojada, estresada y agotada por no haber logrado ayudar a mamá y no ser capaz de superar a mi hermana. Era triste, pero no tenía más remedio que resignarme a aceptar la realidad: era yo un total fracaso...una estúpida perdedora. Me miré al espejo y odié mi reflejo con todas mis fuerzas. Me odiaba. Odiaba tanto mi aspecto y cada detalle de mi forma de ser.
Por la tarde preparé mi maleta dispuesta a irme. Llamé a papá y le pedí que viniera por mí sin darle más explicación. Acordó en llegar por mí en la noche después del trabajo. Al fin volvería con mi papá, ¡Cómo lo necesitaba!
Anocheció y yo ya estaba lista para irme. Me sentí tan aliviada al oír el ruido del auto de papá que enseguida tomé mi maleta lista para marcharme.
- ¿Qué haces?, A dónde vas?-
Preguntó mamá al verme salir de mi cuarto con la maleta en mano.La miré y no supe que decirle. Planeaba irme mientras ella dormía.
- ¿Te vas a ir?, ¿De verdad vas a dejarme?-
Preguntó con la voz entrecortada.
- mamá...yo... ya no puedo-. Apenas pude responder con un nudo en la garganta.
- ¿Porqué quieres irte? ¿Qué he hecho mal?-.
Avanzé unos pasos hacia la puerta pero mamá terminó con el poco valor que me quedaba.
- Apenas comenzaba a sentirme mejor contigo aquí. Pero está bien, yo entiendo que ya no quieras estar conmigo. Vete y déjame sola. Yo estaré bien-.
Mamá empezó a llorar y eso era algo que no soportaba. Me partía el corazón verla así. Entonces me dijo con su tono casi suplicante:
- Michel se fue, y no quería perderte a ti también. No me abandones. Te necesito. Eres todo lo que tengo-.
El timbre sonó otra vez. Mi papá esperaba en la puerta. Sólo unos pasos más y podía irme con papá y todo terminaría, pero tampoco podía abandonar a mi mamá. Me quedé inmóvil sin saber que hacer.
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Bajo tu sombra
Short StoryTras la muerte de su hermana, Mariana intenta ayudar a su madre en el proceso de duelo y a la vez conseguir sentirse amada por ella; siendo esta su peor decisión. Una tormentosa espiral de manipulación y dependencia emocional está por comenzar.