¡Hola y Adiós, amor! [Bakushima/Todokiri]

Adiós, Amor [2/2]

—¡Blasty! —Eijirō lo envolvió en un abrazo. —Eres real. Estás aquí.

—¿Qué te pasa Cabello de Mierda?

Eijirō se separó sonrojado de la vergüenza. —Pensé que lo de ayer era una mala broma de mi subconsciente, pero, estás aquí, de verdad estás con vida. ¿No tienes teléfono verdad?

—No.

—¡Lo sabía! Así que te compre uno, tiene mi número registrado por lo que puedes llamarme sí necesitas algo.

Bakugō tomó la bolsa y sacó la caja del celular. —¿Cuando mierda lo compraste?

—En la mañana, la verdad no pude dormir mucho pensando que todo había sido un sueño y salí temprano de casa para distraerme, pensé en que no tenías un teléfono y lo compré.

—Mmmh, ¿Y qué ibas a hacer sí de verdad hubiese sido un sueño?

—...no lo pensé, ¡Pero como no lo es entonces está bien!

Bakugō sonrió. —Eres un idiota, Cabello de Mierda.

—Siempre seré tu Cabello de Mierda, fue una promesa que te hice, aún sí estoy con alguien más jamás iba a olvidarte.

—Gracias, Eijirō.

.

Los días pasaron rápido desde que vió a Eijirō y sintió su toque de nuevo. Pero debía recordarse a sí mismo que la persona que amaba tenía a alguien más.

Era doloroso y aún así quería ver a Eijirō todos los días, incluso consiguió un trabajo en el club deportivo en el que trabajaba el pelirrojo, gracias a eso podía comprar sus cosas y comida.

Y pagarle el teléfono al pelirrojo.

Claro, Shouto no iba al club regularmente así que pensó que era buena idea trabajar allí, de todas maneras en los últimos 6 años mientras era un fantasma fue aprendiendo sobre el funcionamiento del lugar y la manera en que se hacían las cosas, técnicamente ya era todo un experto.

—¡Oye, lo haces bien aún sí eres un novato! —Denki sonrió dejando las cajas en el suelo. —Como sí hubieses sido un empleado desde hace mucho tiempo. ¿Trabajaste aquí antes y yo no te vi?

—Trabajé en un club antes, nada es nuevo para mí. —Mintió, pero el rubio no iba a saberlo. —Ahora déjame trabajar Kamidiota.

—¡Que agresivo! ¡Está bien, te dejaré trabajar en paz!

—¡Eres Bakugō! —Sero se paró frente a él y lo señaló. —¡No tengo duda! ¿¡Cómo es que pasó esto!? ¡Dijiste que ibas a subir!

Bakugō lo ignoró.

—¡HEY! No me ignores. —Hubo silencio por un momento. —¡Sí no me contestas le diré a los demás que reviviste! Nadie te va a dejar en paz.

—¡Ni sé te ocurra jodido extra!

—¡Así que sí puedes verme! ¡Me estuviste ignorando a propósito! ¡Mal amigo! —Acusó el azabache, haciendo drama como siempre. —¡Debería decirle a los demás para vengarme!

—¿¡AAH!? ¡Atrévete y verás como te va a ir jodido extra!

—¿Blasty? ¿Todo bien?

Eijirō lo miró confundido.

—¿Con quién hablas?

—Con nadie, escuchas cosas, no he hablado.

—Oh, pero... sí, seguramente fue mi imaginación.

La voz de Kaminari los interrumpió. —¡Eijirō! ¡Mirio necesita ayuda con los nuevos!

—¡Voy!