Allison Blake.
La misma sombra grisácea que había visto noches antes se encontraba parada en la esquina de mi habitación, justo donde se encontraba el retrato de mi hermano, quien dedicaba una sonrisa en aquella fotografía que había sido tomada hace aproximadamente unos quince años.
La sombra seguía ahí, parada, sin hacer absolutamente nada, no movía si quiera un dedo, lo único que lo hacía parecer tan real, era el movimiento de la cabellera larga que se alborotaba a causa del viento.
Yo. Bueno, yo seguía sin creerlo. No sabía exactamente lo que quería, no sabía si quiera porque se encontraba en mi habitación. El miedo me emanaba completamente, si, tenía miedo. Las ganas de llorar, y el nudo inmenso que yacía en mi garganta eran completamente dolorosos. No sabía exactamente que me sucedía, creo que estaba en shock. Un shock que nunca creí que existiría. Una voz dentro de mí decía que sólo era un sueño, que despertaría de esa pesadilla, sacudí un poco mi cabeza, negando, porque esto era completamente imposible, quería gritar, pero me era imposible, alguna estúpida señal de mi cerebro, hizo que me pellizcara lo más fuerte posible en mi brazo izquierdo. No. No era un sueño.
La sombra se acercaba, cautelosamente, la adrenalina y la desesperación corrían por mis venas, como si un cazador fuera tras su presa. Yo era la presa.
Las lágrimas me brotaron instantáneamente, sin aviso alguno, la sombra seguía acercándose. En un movimiento rápido me levante, quise salir de ahí pero era completamente inútil, me hice un ovillo justo en frente de mi puerta.
-Dios, por favor.- mi voz sonaba como la de una completa extraña, me mecía de atrás hacia adelante, una y otra vez, sudaba aún mas que cuando solía correr en clase de educación física, perdí la noción del tiempo, y fue como si el mundo tomara un color negro. Como si dejara de existir. Pero sólo para mí.
(…)
-…pero no entiendo sabes, yo soy mil veces mejor que esa perra maldita… ¡Oye…mierda Allison!
-¿Eh?- Kristen hacía de nuevo ese gesto que tanto odiaba, ese que decía “deja de ignorarme desgraciada” que consistía en poner sus manos a lado de sus caderas, entrecerrar sus ojos y mirarme cuan asesina.
-No es posible que este como estúpida contándote lo que me pasa, y tú solo estás en tu puto planeta.- gruñó.
-Kris, perdona. Es sólo que, no he tenido días buenos.-murmuré, y desvié la vista.
-Allie. No sólo tú tienes problemas.- me miró unos segundos, negó, y se alejó, meneando sus caderas como siempre lo hacía.
Kristen McAdams, mejor amiga desde el séptimo grado. Nos conocimos cuando ella derramó jugo encima de mí, inicio una guerra de comida en la cafetería, y fuimos suspendidas las dos. En ese instante supimos que seriamos un par inseparable, y que estando juntas, todo siempre era un desastre, pero de esos que suceden, y que te gustan recordar.
Ella simplemente era increíble, aunque fuéramos polos completamente opuestos.
Ella viste ropa chick, si, ella es una perra cualquiera, tiene ojos de un color verde esmeralda, cabello color caramelo, piel aceitunada, es alta y tiene unas curvas de infarto. Sí, es demasiado guapa, y tiene a todo el alumnado masculino babeando por ella, pero como lo he mencionado antes, es una desgraciada. Es la persona más directa que he conocido, y selectiva también.
En cambio yo, bueno, mi armario no es sólo color rosa, tampoco lo es mi vida a comparación con la suya. La mayoría es color negro, mis ojos son de un color miel, no tengo un cuerpo perfecto, mi estatura es promedio, mi piel es completamente blanca, y mi cabello es castaño.
Una amistad de cuatro años, donde lidiamos con gente de todo tipo, hipócrita, interesada, y estúpida. Es cierto, ella no se merecía que la ignorara de ese modo. Una vez más, me sentía una estúpida.
-Hey Allie.- Robert corría hacia a mí, y sonreía al mismo tiempo, le hice una media sonrisa, y se detuvo.
-¿Qué pasa Rob?- me miró, y negó con la cabeza.
-Espera, antes de que empecemos, ¿Peleaste con Kristen?-alzo sus cejas pobladas, dudé y el agregó.- ¿Otra vez?
-No sé qué me pasa, últimamente he estado como…- interrumpió.
-Ida, distraída, más rara que antes.- asintió- te comprendo.
-No, es sólo que…
-Allison, yo no me acerque a preguntarte que te pasa, no pienso hacerlo si quiera, no porque no me intereses, eres mi amiga y te quiero, pero si no quieres contarle a nadie lo que te sucede de verdad, nadie puede arreglarlo, nadie que no seas tú.- hizo una mueca, mientras nos acercábamos a su casillero.
-No es eso Rob, tengo muchas cosas en mi cabeza…
-Entonces, cuando las arregles, búscanos.- me miró, y se alejó. Justo como lo había hecho Kristen. ¿Es qué de verdad he estado tan ausente?
El timbre sonó, anunciando que las clases del día de hoy empezaban. Mi primera clase era algebra, el profesor Eaton me odiaba. Y además llegaría tarde, menuda mañana.
ESTÁS LEYENDO
Disaster.
Teen FictionTodos sabemos que no existe una vida perfecta. Sabemos que no todo es bueno siempre, pero que lo malo tampoco dura una eternidad, si estás dispuesto a dar lo que sea para remediarlo.