Al mirar atrás, me pregunto ¿Qué hubiese pasado si no hubiese aceptado realizar ese exorcismo?, ¿Qué pude haber hecho diferente entonces, que cambiase mi presente? y en caso de que lo hubiese hecho ¿Sería mejor o peor para mí? Supongo que, al final, no vale la pena carcomerse la cabeza por algo que irremediablemente no podemos cambiar, esto claro no cambia el hecho de que, de vez en cuando, tropecemos con esos pensamientos, con escenarios rebuscados, palabras y respuestas mucho mejores que las que dijimos en su momento y por supuesto nuestra constante necesidad de "meternos el dedo en la herida" cada que recordamos las estupideces que dijimos, o que dejamos de decir.
Recuerdo claramente esa noche, pues era por lejos la noche más fría que había pasado alguna vez en el pueblo, podría decirse que hasta los arboles temblaban de frío, el viento era cortante, y por más que intentase cubrirme el rostro con mi bufanda, el frío siempre lograba traspasar el grueso tejido rojo. Aunque el frío me tenía calado hasta los huesos y mis piernas pedían a gritos que regresase a casa, la emoción que me invadía por finalmente hacer un exorcismo por mi cuenta, me calentaba por completo y obligaba a mis testarudas piernas a seguir hacia delante.
Finalmente, llegué a la casa de mi ex-compañera de clase, Wendy Testaburger, ahora Wendy Marsh, quien me había llamado horas antes en un estado de histeria y nerviosismo tal, que hasta podía sentir cómo el teléfono temblaba entre sus manos mientras me contactaba. Cuando abrió la puerta me sentí preocupado de inmediato, para algún extraño, no hubiese encontrado nada extraño en el rostro de Wendy, una mujer en sus veintes, bastante guapa, de tez blanca, ojos castaños y cabello negro, pero para mí, que le conocía un poco de pequeño, pude notar que algo no andaba bien por su mirada. Wendy era muchas cosas, temperamental, celosa y a veces demasiado juiciosa, pero no era una mujer que se dejase intimidar o asustar con facilidad.
Pero el terror puro y bruto que vi en sus ojos aquella noche.
Me dejaron un sabor extraño en la boca, una curiosa mezcla entre miedo y ansias de empezar con eso, me dejó pasar después de ver que no hubiese ningún ojo indiscreto mirando a través de las ventanas de sus vecinos, y mientras cerraba la puerta, volvía la cabeza sobre su hombro para decirme:
-Buenas noches Pastor Tucker, por favor, perdóneme por llamarle en una hora tan...bueno, inoportuna -Lamento decirlo pero, escucharle intentar sonar más formal de lo necesario, era un poco gracioso, pero logré reprimir una sonrisita burlona que intentaba escaparse de mis labios mientras ella me daba la espalda y le dije con el mejor tono consolado y agradable que podía modular.
-No hacen falta las formalidades, Craig está bien, ahora -Me senté mientras me quitaba el gorro y la bufanda- Dime más a detalle ¿Qué sucede?
Fue gracias a esa pregunta, que mi vida cambió para siempre
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FIN
Sí ya sé, ya sé que esta corto, pero no quiero sacar capítulo de esta historia el mismo día que sacaré de la otra (Es decir el Lunes) por lo que por ahora tienen esto, lo siento, el próximo prometo que será más largo.
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Hielo e Infierno CraigXTweek
FanfictionEn una fría y gélida noche en un pequeño pueblo llamado South Park Colorado, Estados Unidos, al nuevo pastor del pueblo se le ha encargado realizar un exorcismo a un ex-compañero de la escuela primaria, sin embargo, nada lo hubiese preparado lo sufi...