prólogo.

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Jaemin y Jeno son una pareja muy feliz, todos lo saben. Los fans tal vez no, ya que si se hacía público su carrera se iría en picada. Aunque algunos lo sospechaban, eran demasiado obvios para mantenerlo en secreto.

Renjun también sabía, tal vez más que nadie, que ellos se amaban y que no había forma de separarlos.

Entonces, ¿por qué ellos se esmeraban tanto en provocarlo? Más que nada en cámaras, cómo aquella vez que Jeno se atrevió a tocarle los labios cuándo estaban en medio de un juego. Todos rieron de forma estruendosa, pensando que se trataba nada más que de una broma, pero Renjun no lo tomó de esa manera. Y estaba seguro de que Jeno tampoco lo hizo con esa intención.

O la vez en la que Jaemin aprovechó que el lugar de filmación estaba poco iluminado, y comenzó a tocar sus mejillas y acercar su rostro al suyo con picardía, dándole algunos besos en el cuello y hombros. Él trató de ignorarlo y darle un par de patadas por lo bajo, cosa que no sirvió de nada, porque logró ponerlo nervioso.

Al principio creyó que solamente podría tratarse de fanservice, pero se equivocó. También lo provocaban frente a los miembros sin necesidad de cámaras. Desde la ruptura de Mark y Donghyuck, Jeno y Jaemin prometieron tener el mayor cuidado con su relación, y esto que se traían entre manos no era para nada cuidadoso.

¿Qué planeaba ese par? Estaba seguro de que lo descubriría, lo haría sin importar el costo.

En ese preciso momento, los visualizó a ambos tomados de los brazos rumbo a su habitación compartida. Pero antes de que eso pasara, él los empujó a ambos hacia su propia alcoba. Mark y Donghyuck se quedaban en los dormitorios de 127, y Jisung y Chenle compartían. Le gustaba tener su privacidad.

—¿Junnie? —habló Jeno—. ¿Qué ocurrió? ¿Qué haces?

El mencionado ignoró sus palabras. Hasta no hacerlos entrar a ambos a su habitación (cómo pudo, ya que ambos eran muchos más grandes y fuertes que él) no emitió sonido. Una vez los tres estuvieron dentro, el chino cerró la puerta detrás de ellos y los fulminó con la mirada.

—Está bien, ya estamos solos. ¿Pueden decirme qué es lo que les pasa?

Los menores lo miraron sin comprender, a lo que Renjun bufó ruidosamente.

—No me digan que tengo que explicarlo.

—¿Explicar qué cosa?

Tenían que estar tomándole el pelo.

—¡Todo esto! —exclamó—. Que ambos estén constantemente siguiéndome, tocándome, haciendo cosas con otras intenciones en plena cámara o frente a los chicos. Entiendo si quieren hacer fanservice, ¿pero también en frente de ellos?

Cuándo el rubio acabó, los otros se miraron de forma cómplice y rompieron en carcajadas.

—Ah... A eso te referías... —dijo Jaemin cuando recuperó el aliento por tanto reírse.

—Renjun —lo llamó Jeno—, te estamos provocando.

—¿Qué?

—Queremos hacerte caer por nosotros —habló nuevamente el pelirrosa.

—Nuestra relación está bien, pero un poco de diversión de vez en cuándo no viene mal —Jeno le guiñó un ojo.

Renjun frunció el ceño.

—Entonces están queriendome decir que... ¿Están jugando conmigo?

Ambos asintieron al mismo tiempo, cómo si fueran la misma persona. Eso a veces le causaba terror, parecía que compartían neuronas.

—Exacto, queremos ver hasta dónde aguantas.

—-Pero no te preocupes, ya sabemos que somos irresistibles.

¿Así que eso buscaban? Claro, les daría lo que querían. No, peor.

—¿Quieren jugar? —les cuestionó el otro, con la sombra de una sonrisa un poco espeluznante—. Está bien, juguemos.















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