uno: jeno.

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Algunos días pasaron desde que Renjun se atrevió a confrontar a sus menores, y hasta el momento, no hizo nada. Al principio, los coreanos tuvieron un poco de miedo por el actuar del rubio, pero al ver que éste parecía haberse olvidado del tema, se relajaron. Se relajaron demasiado antes de tiempo, podría decirse. Renjun quería actuar, no sabía cómo, pero quería hacerlo de todas maneras. Él era una persona muy impulsiva, nadie le diría que hacer cuando estaba dispuesto a algo. Solamente esperaría la oportunidad, y cuándo la tuviera, la usaría a su favor.

Y la halló, justo cuándo ellos menos se lo esperaban.

El chino salió de su habitación para ir a buscar un vaso de agua a la cocina. Pero en su camino, encontró a Jeno, Jaemin y Jisung jugando al jenga. Chenle no estaba, ya que todavía se encontraba en la radio.

—Hey, Ren —lo llamó Jisung—. ¿Te gustaría unirte? Estábamos empezando y Jaemin quería invitarte a jugar.

El mayor de todos observó la situación. Jaemin y Jeno estaban sentados uno al lado del otro en el sillón, mientras que Jisung en un pequeño puff al costado de ellos.

Sonrió entre dientes, esto era lo que estaba esperando.

—Sí, claro —dijo Huang en un tono alegre, cómo si la sola idea de jugar al jenga le fascinara, mientras se dirigía hacia el sillón dónde Jeno y Jaemin se encontraban.

Ambos lo miraron.

—¿Quieres que te haga un lugar? —le preguntó Jeno, quién era el que estaba más próximo al rubio.

—No, no hace falta —le dedicó una sonrisa completamente fingida—. Si no te molesta...

Dejó las palabras en el aire, y se sentó sobre el regazo de Jeno. El susodicho no supo cómo reaccionar, y sintió cómo el chino se ''acomodaba'' sobre él. Básicamente, comenzó a moverse de un lado para el otro sobre su regazo, queriendo crear fricción.

Jaemin, quién se encontraba al lado de ambos, analizó lo que ocurría. ¿Así que comenzaría con su novio? No sabía si aliviarse o preocuparse. Lo que ignoraba el rubio, era que Renjun no tenía ningún plan, el mismo se iba creando en el momento. Después vería que le depararía a Na Jaemin.

Aquél extraño silencio, el cuál era ignorado por el menor de todos, fue interrumpido por Jeno, quién carraspeó para llamarle la atención al resto.

—¿A quién...? —se aclaró la voz—. ¿A quién le toca jugar?

Todos se miraron de reojo y Jisung pensó por un momento.

—Acabo de jugar yo, y era el último en la ronda así que le toca a Renjun —dijo el menor, señalando al chino.

Renjun asintió en modo de comprensión y se levantó apenas del regazo del pelinegro, mientras se inclinaba un poco hacia la mesa de juego. Apoyó sus codos sobre la misma, y su cabeza sobre sus palmas, mientras fingía observar con toda la concentración del mundo a la torre de la cuál debía extraer una de sus piezas. Estaba en una posición muy incómoda, pero estar moviendo su trasero de un lado hacia el otro prácticamente en frente de la cara de Lee Jeno era parte de su plan.

El contrario tragó saliva. Parecía que se le estaba haciendo eterno el turno a su mayor, cuándo en realidad no había pasado tanto tiempo desde que el mismo comenzó. Sí, tal vez era un poco estresante ver lo mucho que se estaba demorando en jugar, mientras éste observaba detenidamente la torre y ''pensaba'' en que pieza debería retirar. Finalmente, el chino dejó salir de su boca un ruidito de felicidad, cómo una especie de chillido, y dirigió sus dedos a la primera pieza de la torre que se le ocurrió tomar.

Puede que no estuviera haciendo demasiado y a Jeno le pareciera una ridiculez todo ese circo que estaba montando, pero a él comenzaba a divertirle toda la situación. Sacó tímidamente su lengua mientras retiraba la pieza de la torre, con sumo cuidado para que la misma no se cayera y terminara el juego. El castaño tenía la pieza en su mano, y aplaudió feliz al comprobar que, efectivamente, la torre no tambaleó. Jaemin dejó escapar un pequeño suspiro de alivio por lo bajo, cómo si él mismo estuviera en el lugar de Jeno, pensando que Renjun ya había terminado con todo aquello.

Pero no fue así.

Renjun se dejó caer bruscamente sobre el regazo de su menor, de una forma un poco más contundente que la anterior, moviendo su trasero para todas direcciones. Tratando de ''acomodarse'' (nuevamente) para encontrar una posición cómoda. Jeno mantuvo la respiración, Jaemin los observó de reojo y casi le agarra algo. Mientras que Jisung sólo reía divertido porque creía que su mayor estaba jugándole una broma al aludido. Sí, le estaba jugando una broma, pero no como Jisung creía.

Justo cuándo le tocaba jugar a Jeno, lo cuál éste iba a usar cómo una excusa para separarse del chino, Jisung se distrajo un momento respondiendo unos mensajes en su celular. Esto Renjun lo utilizó a su favor, girándose un poco sobre sí mismo para estar en frente del rostro de Lee, y guiñarle un ojo.

Fue cuestión de segundos para que sintiera cómo un bulto se iba formando en el regazo del pelinegro. Renjun sonrió.

—¡Chicos! —exclamó el chino cuándo Jisung ya volvió a prestar atención al juego, parecía tener intenciones de decirle a Jeno que era su turno—. Recordé que me toca a mi cocinar esta noche, así que jueguen ustedes.

Al decir esas palabras, se levantó cómo si nada, evidenciando el pequeño problema de Jeno. Por suerte, Jisung estaba tan distraído (como siempre) que antes de que se diera cuenta, Jaemin le pasó rápidamente un almohadón para taparse. Porque estar en una relación se trataba de apoyarse y ayudarse mutuamente, incluso en esas situaciones.

Renjun notó el gesto de su menor y soltó una pequeña risita por lo bajo. Antes de retirarse del recinto, le guiñó un ojo a Jaemin.

¿Por qué a él y no a Jeno?

El pelirrosa tendría que prepararse para lo que se le avecinaba.




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