Tu aporte

Dándolo todo

Cuatro horas exactamente me duró la erección esa vez, mi aparato me dolía como si lo hubieran pateado pero es que no podía llegar, mi clímax quedaba lejos, por lo tanto no tenía ganas ni por asomo el dejar de empujar y salir de ella, necesitaba llegar.

Ella me preguntó repetidas veces si lo había logrado ya pero aún no, así pasaron las cuatro horas. Mi cama estaba marcada de puro sudor, parecía que se nos había tirado una botella con agua, pero llegué, almenos llegué y ella también.

Al terminar, quise abrazarle, me sentía... Vital, lleno de energía, descansado, sin estrés, fluyendo con la vida como me fluían las ganas de volver a entrar en ella.
Pues ella no quería ser abrazada, se levantó al baño, y al regresar se volteó dándome la espalda.
Honestamente no sé si eso era una invitación a entrar o se sentía triste... Así que volví a entrar.

Terminamos nuevamente y ella se levantó, ya no me quiso besar más, se cambió muy rápidamente y tomó sus cosas.

Era mi novia después de todo, le rogué por acompañarle a su casa, de verdad quería, era un día importante, al menos para mí, yo estaba irresistible, quería hacerlo todo, pero ella no... Así que fue hasta la parada del bus, en donde me permitió acompañarle, se subió y se fue.

No nos vimos en todo el fin de semana, y tampoco contestaba mensajes, pero no me importa tanto, porque la tenía más presente que nunca y mi cabeza no escatimaba en traer sus recuerdos a cada momento, así que no era tan difícil extrañarle.

Le escribí algunas cartas más, le regalé una rosa gótica de plástico color morado con rojo, rosa y algo más dentro de un cilindro, bastante bella.
Le daba dibujitos y hasta le prestaba muchos apuntes de clases en común, yo quería dar tanto, que de tener más, le habría dado más.

Mensajes, canciones dedicadas, más mensajes y correos, pero ella seguía más esquiva cada vez, tenía cosas por hacer, lo entiendo pero yo estaba dando mucho a cada oportunidad, pues la quería...