Sangría

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Ella era tan ligera de pies como una bailarina. Yo veía las curvas de su figura mientras infructuosamente trataba de colocar una planta en lo alto de mi repisa. Con el cuaderno en mis manos le dí pausa a mi escritura ya que esa escena me deleitaba inmensamente. Graciosa y adorable.

La luz del sol parecía conspirar conmigo, nunca antes me había percatado de lo deliciosas que son las curvas femeninas. La luz acentuaba cada contorno con presición artística. La parte de su oscuro cabello más iluminada, la curva de su hombro que creaba una ola con su brazo. Poco a poco se adentraba por la línea de su torso para agudizarse en su cintura. Recobraba viveza en su cadera y se ondulaba armoniosamente por sus piernas, para terminar en la pícara y pronunciada curva de su talón.

Al no lograr su cometido con la maleza decidió darse un respiro sentándose en el suelo a mi lado. Ella traía luz y calor a mi "modesto" apartamento. Con ella la pocilga parecía un hogar, las escasa plantas se me antojaban abundantes, y hasta el vino de supermercado tenía mejor sabor. Ella era la única que entendía mi pesar sin compararlo con el de otro.

Sus ojos permanecían pegados a los míos mientras sonreía para si misma, sin poder resistirlo más levanté una ceja a modo de cuestionante.

"Tu sonrisa es facinante... el sólo verte sonreír me quita la soledad de los hombros" dijo ella dejándome perplejo.

"Lástima que sea un evento tan frecuente como un eclipse solar" No pude evitar sonreír, si tan solo ella supiera que era la razón de todas mis sonrisas.

Aun cuando soy un gran fanático del vino, esa noche algo me sabió mucho mejor. No sabía lo placentero que era besar con los labios cuando la había besado tantas veces con los ojos.

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⏰ Última actualización: Feb 07, 2015 ⏰

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