Game Master

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No.

Que no lo haga.

¿Cómo se atreve?

¿Cómo lo hace?, el reírse tan bonito.

Estrella sus labios con los míos mas no deja de reírse, y juro que quiero estar triste e incluso frustrada por la torpeza que cometí, pero su risa es tan contagiosa y sus besos tan dulces que puede que así estaban destinadas a ocurrir las cosas.

Cómo si no fuera suficiente haberme pasado la desgracia de dejar la llave dentro del auto aparece un personaje folclórico de la nada. Bueno, de la nada no, porque estoy frente su propiedad, pero tenía que aparecer justo ahora cuando estamos teniendo un intercambio de respiración boca a boca. Pero a ella no le importa, bueno, es su papá, la que corre peligro soy yo. Y ella lo sabe, con esa sonrisa bonita que tiene me abraza y recuesta su cabeza en mi hombro. Yo me quedo algo tiesa, me hubiera ido de culo si no estuviera apoyando todo mi peso en el auto, que Dios, estas cosas solo me pueden pasar a mi.

—Hola papi— lo saluda muy emocionada, con una voz de nena consentida que dan ganas de darle todo lo que pida.

—Mi niña—por lo menos me suelta y va a abrazarlo, ya se siente lo suficientemente incómodo estando los tres aquí. Digo, no es que él supiera lo que estuve haciendo el fin de semana con su hija, o esta mañana, pero es adulto, debe tener ya clara las cosas.

—¿Qué tal la universidad hoy?— apoyo las manos en el auto y bajo la cabeza cuando me doy cuenta de que me está mirando, no es una mirada buena.

—Todo muy bien— responde con facilidad—, Jisoo me ha traído a casa pero ha tenido un accidente, dejó las llaves adentro ¿Puedes creerlo?— cuando ella se ríe él también lo hace, luego me mira a mi y se le borra la diversión del rostro— ¿Puedes ayudarla a sacar la llave? Por favor papi— le da un beso en la mejilla junto con su petición, como si eso le hiciera falta, Jennie tiene a su papá haciendo todo por ella sin mucho esfuerzo. Lo entiendo señor Kim, he caído bajo el mismo hechizo.

—Si, con gusto— él le deja un beso en la frente—. Así que Jisoo...

—Ehm... Si señor Kim— le extiendo la mano con torpeza—. Un placer conocerlo, soy compañera de clases de Jennie— eso había sido estúpido, estúpida Jisoo, es obvio que no se va a tragar ese cuento cuando seguro te vio con tu lengua dentro de la boca de su hija.

—Compañera de clases, hmmp— su apretón es fuerte, me mira a los ojos y ya siento que me voy a morir. Me comienza a sudar la mano, es un apretón incómodo y prolongado y su mirada seria no me está haciendo ningún bien—. Voy al garaje a ver qué puedo encontrar.

Me soltó la mano y siento que me volvió el alma al cuerpo, limpio el sudor naciente de mi mano en mi pantalón y me quedo mirando en la dirección que se fue. Luego escucho la risa de Jennie, traviesa y malvada Jennie, que me toma del cuello y vuelve a conectar nuestros labios de un momento a otro estampandome con fuerza contra el auto. Yo me dejé por obvias razones, no podía resistirme a ella y a las mordidas que me estaba dando, pero eso fue solo un instante porque recordé lo que está sucediendo en tiempo real y no me favorece ésta situación.

—¡Oye! ¿Quieres que tu papá me mate?— con mucha fuerza de voluntad la aparto, mirando con pánico hacia todas direcciones cerciorandome de que el señor Kim no nos haya visto.

—Mi papi no te va a hacer nada, es el hombre más dulce de todos— ella de verdad que está ciega o se está burlando de mí.

—Tu papá me estaba mirando como si quisiera él mismo sacar las llaves de mi auto, encenderlo y pasarme por arriba y luego devolverme las llaves a mi cuerpo frío y sin vida— conocer a los padres es lo peor, las madres por lo general son más fáciles de llevar.