Jett disfruta su vida. Al bajarse de la camioneta de su familia con su novia y llevarla a su habitación, siente que está disfrutando su vida al máximo y solo tiene 21 años.
—¡Jett, tal vez hay alguien en casa! —Gia susurra en pánico, Jett le dedica una sonrisa caprichosa al cerrar la puerta de su habitación.
—Si hubiera alguien en casa, no habríamos pasado del comedor cariño —Una lógica infalible con la familia Park, quitándose la camisa y viendo con ansias como su novia se desnuda rápidamente
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—Ese fue la ducha más larga de mi vida.
—Hubiera durado más si mi madre no hubiera llegado —El tono de Jett enciende los colores en el rostro de Gia.
—Cállate —Susurra ella mientras llegan a la cocina.
Jett se acerca a su madre y besa su frente.
—Dime cariño ¿Cómo va la universidad? ¿Sigues en el club de literatura? —La madre de Jett se mueve alrededor de la cocina con la facilidad que la caracteriza, una sonrisa relajada en su hermoso rostro.
—Va genial, sí, estamos recibiendo muchos miembros este año —Gia acomodó un mechón suelto detrás de su oreja antes de continuar.
—Estoy segura que Jimin lo hará genial señora Park.
La habitación se quedó en silencio mientras Jett y su madre se detenían a mirarla con sorpresa. Su madre se recompuso rápido, carraspeando para ocultar su sorpresa, Jimin no les había comentado nada sobre el club, al igual que no les había dicho que dejo el club de natación, al igual que no les dijo que fue el mejor promedio en su carrera este semestre.
—¿Jimin? ¿Mi hermano está en tu club de literatura de último año? —Su madre le dio un codazo nada disimulado al escuchar la amargura en la voz de Jett.
— ¿Por qué te sorprendes? ¡El maestro casi le suplicó que se uniera! Debe estar muy orgullosa señora Park —Una sonrisa resplandeciente adornaba su rostro, pero no tuvo el mismo efecto tranquilizador de siempre. Jett se sentía apartado, al igual que de seguro su madre debía estar sintiéndose.
—Estoy orgullosa de Jimin, él es tan brillante, pero debo admitir, que me desconcierta que no nos haya mencionado algo sobre el club de literatura.
La tristeza en su voz no fue escondida por la pequeña sonrisa que les dedicó.
—Tal vez lo olvidó.
—Si, señora Park. Jimin puede haberlo olvidado.
La charla continuó un poco más apagada que antes. Cuando su novia se fue y su madre ocultó su tristeza encerrándose en su oficina y ahogándose en trabajo, Jett fue a su habitación.
La mente de Jett divagó, pensando en las últimas semanas, en cómo Jimin había estado tan distraído, a veces melancólico. Jett amaba su vida, él, como pocas personas, podría decir que era realmente feliz, además de su hermosa e inteligente novia, Jett estaba en su segundo año de ingeniería.
