Capítulo 2: Los Sueños Compartidos

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—Ven Wady —sonrió el joven—. Ven y únete a nosotros. Sabes que todo cambiará si lo haces y podrás ser libre.

Wady estaba paralizado, podía sentir su sangre enfriarse y no pudo emitir ningún sonido como respuesta, ni siquiera estaba seguro de que siguiera consciente.

El joven se acercó a él y tomó su mano, la levantó y la sostuvo con su mano izquierda, después de esto, sacó una navaja de la bolsa izquierda de su abrigo y cortó su dedo medio.

Wady no pudo resistir el dolor y por fin pudo moverse. Emitió un enorme grito de dolor, solamente para despertar sobre su cama, lleno de sudor y con temperatura muy alta. Sacó su mano para verla y observó que, en su dedo, había una picadura de araña o de algún insecto, esa era una de las pocas cosas que no le gustaba de Sarway, la abundante cantidad de insectos en todos lados. Después de unos segundos oyó el ruido de unas pisadas y la perilla de su puerta giró y esta se abrió. Sarah entró a la habitación con su pijama morada y haciendo una mueca de disgusto.

—¿Qué te pasa? —preguntó en tono seco.

—Debiste tocar antes de entrar —respondió Wady en un tono cortante—. Y por si te importa, sigo vivo, así que, si eres tan amable, puedes marcharte —Sarah simplemente ignoró el estado de su hijo y salió de la habitación.

En realidad, aunque la relación de Wady y sus padres no era la mejor, éste tampoco hacía mucho para cambiar esto, lo intentó alguna vez, pero no obtuvo resultados, así que desistió totalmente, a fin de cuentas, tampoco le hacían mucha falta.

Una vez que Sarah hubo salido y hubo recuperado su temperatura normal, Wady se levantó de la cama, encendió las luces, se limpió el sudor con un pañuelo y se puso un abrigo para cubrirse del frío; se sentó en una silla frente a su pequeño escritorio y sacó una libreta del segundo cajón para anotar algunas cosas.

"Bitácora de sueños: sueño 1

Es demasiado raro que en mi primer día en Sarway ya haya tenido un sueño ya suelen ocurrir hasta que llevo 2 semanas; un chico alto y delgado me llamaba y me decía que me uniera a él, no sé cómo sabía mi nombre, tampoco recuerdo muy bien su cara ni la apariencia del lugar donde estábamos, pero estoy seguro de que habían más personas, después me tomaba del brazo y me cortaba un dedo con una navaja que sacó de su abrigo, luego desperté"

A Wady le gustaba demasiado llevar un registro en su bitácora de los sueños que tenía en Sarway, pues durante todo el tiempo que vivía en Lugoth, no solía soñar nunca, sin importar si dormía tres u once horas.

Después de escribir su sueño en su bitácora, Wady se acostó de nuevo, apagó las luces y se cubrió con sus cobijas, pero no logró dormir otra vez, se levantó de nuevo y encendió la luz. Se acercó a la ventana que estaba cerca de su cama y desde allí podía ver el brillante lago y una enorme mancha negra en la mitad ¿Qué tenía esa casa?, ¿Por qué estaba en tan buen estado si está abandonada?, ¿Por qué tenía ganas de ir? Tantas preguntas eran abrumadoras para su mente, pero realmente quería encontrar una respuesta a ello. Wady decidió tratar de dormir un poco, aunque no lo lograra, pues por la mañana podría salir a caminar y necesitaba energía, finalmente después de una larga lucha entre él y sus sábanas, logró volver a quedar dormido, esta vez sin ningún sueño que pudiera significar algo.

Eran las 8:00 a.m. y ni bien había salido el sol, Wady ya estaba despierto y listo para salir, una de las cosas que le gustaba, es que a sus padres les importaba tan poco lo que pudiera pasarle, que no les preocupaba que se fuera durante todo el día, además de que sabía que a sus padres tampoco les importaría si tomaba dinero de sus carteras, pues harían cualquier cosa con tal de que no molestara.

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