El eco de los tacones de su madre resonaba en el pasillo mientras Jeon Jungkook luchaba con el nudo de su corbata. Con recién cumplidos diecinueve años, era el más joven de dos hermanos y el más mimado de la familia. Siempre obediente a las reglas impuestas por sus padres, se esforzaba por cumplir con sus expectativas y mantener la imagen perfecta que esperaban de él.
Sus padres, figuras autoritarias y arraigadas en las tradiciones familiares, dirigían el hogar con mano de hierro, imponiendo sus valores y creencias a sus hijos. La sombra de su hermano mayor, Taehyung, se cernía sobre la familia como un recordatorio constante del precio de desafiar la autoridad paterna. Taehyung, con veintitrés años, había abandonado el hogar hace cinco años, convirtiéndose en la oveja negra de la familia por su rebeldía y desobediencia.
En contraste, Jungkook era el hijo modelo, aunque no por elección propia. La familia Jeon siempre había sido cuidadosa en preservar su reputación y posición en la sociedad, y esperaban que Jungkook siguiera sus pasos sin cuestionarlos.
- Jungkook, arréglate. La familia Park vendrá a cenar esta noche. - Instruyó su madre con voz firme y autoritaria. Sabía lo que eso significaba: Lisa, la hija de los Park, estaría presente, y con ella, la inevitable discusión sobre el matrimonio arreglado entre ambos jóvenes.
Con un suspiro resignado, Jungkook aceptó su destino y se vistió con el traje elegante que su madre le había preparado. Se sentía incómodo en aquella indumentaria, prefería la comodidad de sus prendas deportivas, pero sabía que no podía contradecir las órdenes familiares.
Bajó las escaleras con la pesadez de alguien que se dirige hacia su propio sacrificio. Se sentó junto a su hermana Rosé, quien siempre lucía perfecta. Ella le sonrió pero como siempre, Jungkook la sintió lejana, como si no estuviera en verdad presente.
Jungkook vio su mano, que temblaba sobre su muslo y sin poder aguantar el peso sobre sus hombros, habló; - Padre, madre. - comenzó con voz firme pero temblorosa. - no puedo aceptar este matrimonio arreglado. No quiero casarme con Lisa.
Un sutil murmullo de sorpresa recorrió la mesa, seguido por un incómodo silencio. Los ojos de sus padres se clavaron en él con una mezcla de incredulidad y desaprobación.
Su madre, con una expresión helada, rompió el silencio con una voz llena de indignación: -Jungkook, no puedes ir en contra de nuestras decisiones. Este matrimonio es una oportunidad para asegurar el futuro de nuestra familia y mantener nuestras tradiciones.
El rostro de su padre se endureció, su mandíbula apretada con determinación. - Has olvidado tu lugar, Jungkook.-
- dijo con voz grave. - como el hijo menor, debes obedecer las decisiones de tus padres. Este matrimonio es por el bien de la familia.Jungkook sintió un nudo en la garganta mientras luchaba con sus propios deseos y la presión de complacer a sus padres. Temía la desaprobación de sus padres, así como el juicio de la sociedad si desafiaba las normas establecidas.
Finalmente, con un suspiro resignado, bajó la mirada y asintió. - De acuerdo.- murmuró con voz apenas audible.
Habían ocasiones como esa donde Jungkook anhelaba algo más. Algo que no fuera aquella monotonía que lo acompañaba desde hace años.
El timbre sonó nuevamente, anunciando la llegada de los invitados. La familia Park entró con sonrisas corteses, y Lisa tomó asiento junto a Jungkook, quien luchaba por mantener una expresión neutral mientras su corazón latía con ansiedad. En el pasado habían sido buenos amigos pero la presión de sus padres por obligarlos a casarse había destruido el lazo que una vez tuvieron.
El aire estaba cargado de tensión mientras los adultos conversaban animadamente, ignorando la incomodidad de los jóvenes.
Jungkook, en cuanto le entregaron su comida, mantuvo su mirada centrada en su plato, desinteresado en la conversación sobre su matrimonio. El timbre sonó, pero solo levantó su cabeza cuando una voz muy familiar resonó.
ESTÁS LEYENDO
El pecado de amar
FanfictionA sus diecinueve años, Jeon Jungkook ha luchado por complacer a sus padres religiosos y estrictos, siguiendo obedientemente sus deseos incluso al precio de sacrificar su amor por otro chico para conformarse con la chica que sus padres han elegido co...