viernes ; maravillosa familia

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Viernes.

Minho despertó alrededor de las tres de la mañana ¿por qué? la razón era obvia, Anne, teniendo la costumbre de despertar en la madrugada para llorar avisando que necesitaba un cambio urgente de pañal.

A nada de ponerse de pie, Jisung tomó su mano gruñendo.

—Yo lo hago, vuelve a dormir.

—No, tranquilo, yo lo hag...

—No te hagas el difícil anciano, no me detengas, lo haré, tú necesitas descans...

Las palabras quedaron al aire en el momento que Minho se reincorporó de la cama para ir en busca de su hija.

Tomó la pañalera que estaba ya preparada a un lado de su cuna para sacar lo necesario y luego tomar a su hija en brazos esperando tranquilizarla un poco antes de comenzar el cambio.

—Corazón, corazón— le dijo con voz soñolienta— ¿por qué no a las cinco o seis? ¿tienes algo personal con despertarme a las tres? ¿odias a papá?— esbozó una sonrisa acariciando su espalda. El llanto de Anne seguía presente, pero conforme Minho le hablaba más y más, ya no sonaba tan alterada— vamos a cambiar ese pañal y luego a dormir ¿vale?

Después de haber cumplido con la casi rutina de la madrugada, mantuvo a la pequeña en sus brazos por un rato más, tarareando canciones y meciéndole.

—Si que tomas energías, debes darme tips de cómo le haces para tener tantas ganas de lloriquear, a mí ni eso me queda— bromeó— creo que es la edad, aunque no soy tan viejo ¿o sí? mi madre me tuvo a los veintiocho y según mi padre, jamás se cansó a pesar de trabajar y ser madre... pero yo apenas he cumplido veintiséis y ya no te...

—Es porque desde los diecisiete trabajas y en universidad casi ni dormías, las consecuencias de esforzarte— besó la mejilla del mayor rodeando su cintura delicadamente.

—¿Tú crees?— arrugó la nariz.

—Lo estoy afirmando— rió.

—Qué dolor— soltó una risita. Observó cómo la pequeña comenzaba a cerrar los ojos poco a poco— gracias al cielo.

—Grosero— le dio un empujón— muy grosero.

—Algo— admitió observando a su hija.

—Vuelve a la cama, yo cuidaré que sí esté dormid...

—Estoy aquí ya, no inventes— bufó— ve a dormir tú, estoy bien.

Minho y Jisung como padres tenían ese tipo de situaciones, en las cuales "discutían" por tener más actividades con los niños, aunque usualmente Jisung ganaba ya que su trabajo era más accesible que el del mayor, el cual se la pasaba en la oficina por ende traía consecuencias tener a pequeños lloriqueando.

—¿Y si mejor vamos a dormir los dos?

—Cuando Anne duerma por completo, iré a dormir— insistió.

Así fue como ambos terminaron acurrucando a la pequeña al rededor de quince minutos más, hasta que luego volvieron a la cama para descansar lo que restaba de las horas.

La alarma sonó a las seis y cuatro, Jisung fue el primero en despertar como la mayoría de veces. Arrugó la nariz como reacción a la ternura que sintió cuando vio a su amado a un lado abultando sus labios en un puchero. Intentó controlar sus impulsos pero terminó acariciando sus mejillas, rió a lo bajo al darse cuenta que esa sensación jamás se iría de él. Era como tocar algodón. Definitivamente seguía completamente enamorado de él. Besó tímidamente sus labios para escuchar como éste gruñía y se quejaba a lo bajo.

𝑨𝒅𝒐𝒓𝒆 𝑼 [𝑴𝒊𝒏𝒔𝒖𝒏𝒈]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora