Confesiones de un corazón

Nuestra eternidad

Nuestro amor no pasara con el tiempo, será eterno. Estas palabras llegaron a mis oídos luego de un primer y gran beso. No me las podía creer, no podía creer que estuviese pasando esto. Ella era increíble, hermosa e inteligente. Todo lo que alguien puede a ver soñado en su sueño más grandioso. Todo fue perfecto, sin mentiras, sin vacilaciones, hacíamos lo que sentíamos. Agarro mi mano, nunca nadie lo había hecho, me sentí el hombre más feliz del mundo, nada parecía que iría mal. Nada existía excepto nosotros dos, estábamos en un prado en una gran ciudad, un prado de árboles inexistentes y con flores hechas de sueños perdidos. Mi eternidad ya estaba en el minuto 44… Era lo más increíble y seguirá para siempre… o tal vez hasta el minuto 45…