Píntame- dijo una joven acercándose aquel pintor, el
cual estaba sentado en un banco de un hermoso parque
Ok, siéntese allí- le indico mientras sacaba su cuaderno y afinaba sus lápices. Comenzó a dibujar los contornos de su cuerpo, empezando por sus finas y largas piernas, pasando por su estrecha cintura, hasta llegar a su ovalado rostro. Después de esto, esbozo su cabello, este era largo, llegaba más allá de sus pechos y escondía entre el, sus pequeñas orejas. Este era oscuro en su raíz y en sus puntos tenia iluminaciones de un color verde esmeralda. Luego de esto dio detalles a su larga y suave frente. Con trazos débiles dibujo sus cejas las cuales eran muy claras. De la misma forma esbozo la cuenca de sus ojos, las cuales eran muy alargadas.
_ Falta mucho- Dijo aquella joven
_ Aún falta lo mejor…
Diciendo esto con una sonrisa en su rostro comenzó a pintar aquellos bellos ojos. Eran muy oscuros, pero a la misma vez reflejaban una extraña sensación, como de esperanza. Entre aquellos ojos esbozo su nariz, un tanto alargada y bastante fina. Cuando logro terminar todo lo anterior, llego a sus labios, tal vez lo más característico de su rostro. Eran cortos pero muy anchos, pintados de un rojo muy fuerte.
_Valía la pena que perdiera todos mis dientes por sumergirme en sus labios caramelo- pensó aquel pintor.
_ ¿Por qué sonríe tanto?- pregunto aquella joven
_ Por nada en especial…
Con esas palabras termino de pintar su rostro. Reviso cada milímetro buscando cualquier imperfección y luego de que terminara esto último comenzó a dar volumen de su estrecho cuello. Cuando termino comenzó a dar una textura más suave a sus hombros y brazos. Habiendo terminado esto último, paso a observar detalladamente el tórax de aquella hermosa joven, fijándose bien en sus pechos y en su abdomen, la cual estaba al descubierto. Al empezar a esbozar sus pechos los dibujo de una forma pronunciada, dándole una textura de suavidad. Al llegar a su abdomen la pinto con una textura fina, para así notar la elasticidad de su piel. Su cadera era unos centímetros más ancha que su cintura, y tal cual la pinto, dándole un toque que reflejaba lo sensual que se veía. Bajando por ella se encontró con sus muslos, los cuales eran muy grandes y al llegar a sus rodillas, estas les recordaban a esas modelos que todas las chicas quieren imitar. Al llegar a sus pies, noto que eran muy pequeños, no se les apreciaba bien ya que los cubría unos tacones negros, que iba a juego con su short y blusa. Al terminar el dibujo, ese pintor se enamoró de la belleza de aquella joven, pues ese día, por fin se había logrado pintar la perfección…
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Confesiones de un corazón
PoetryUna pequeña compilacion de poesía libre inspirada por facetas de mi vida