Ella era increíble, preciosa, irónicamente perfecta. Sus pómulos resaltaban su timidez. Su nariz trasladaba su mente al océano de sus labios. Que labios aquellos... que reflejan sonrisas imaginarias que surgen de momentos que nunca existieron, que nunca podrán ser. Tenía una voz de ángel, un ángel que por más que intento nunca aprendió a volar. Sus ojos, sus ojos vacíos atraen mi mirada con una fuerza mayor... mayor a cualquiera alguna vez vista. ¿Podría ser ella la definición de perfección? Tal vez, pero francamente no me importa, solo sé que estoy a centímetros de su cuerpo y a kilómetros de su corazón. Tal vez alguna vez podamos ser nosotros dos, pero acaso no es de tontos pensar que un medio corazón roto, por mucho que encuentre a otro que lo complemente, su suma nunca dará dos. Qué triste realidad… que en mismas coordenadas, este a años luz de distancia…
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Confesiones de un corazón
PuisiUna pequeña compilacion de poesía libre inspirada por facetas de mi vida